FESTIVAL DE LIMA 2024: EL ARCHIVO BASTARDO DE MARIANELA VEGA

FESTIVAL DE LIMA 2024: EL ARCHIVO BASTARDO DE MARIANELA VEGA

Por Benji Porras

En su documental El archivo bastardo (Perú, 2024), la cineasta peruana Marianela Vega Oroza navega entre sus películas familiares, realizadas a inicios de los 90, y en algunas tomas más recientes, para hurgar en la figura de su padre y recomponerla. El film muestra mayoritariamente fragmentos de excursiones en las que su padre es, casi siempre, el camarógrafo. En estos videos, él intenta retratar a su esposa, a su hijo y a la misma Marianela; llamando su atención o comentando lo que hacen. Solo hay cintas de esta época hasta 1993, periodo en que el padre queda desempleado y no vuelve a filmar más a su familia. Este despido también es la raíz de una herida que la directora lleva hasta hoy: su padre comienza a encararlos con silencio y hermetismo. Confrontaciones o contrastes que también aparecen en sus cortometrajes previos como Away (2002), Conversation I (2005) y Conversations II (2007).

Si bien El archivo bastardo busca reconstruir esta figura paterna desde una memoria audiovisual, existe un vacío en la película que no se sabe llenar, ya que el material videográfico no abarca el cambio de su padre ni sus consecuencias inmediatas. Por ello, Vega Oroza opta por colocar textos que ponen en contexto dicho conflicto. Escritas con una intención lírica, la mayoría de las líneas resultan sobreexplicativas o directamente toscas cuando introduce interpretaciones de las imágenes que se ven en pantalla. Interpretaciones que pueden haber sido insinuadas o vuelto explícitas con más ingenio. Lo mismo pasa con el recurso de la voz en off que se incorpora a mitad del relato.

Otro punto flaco es el registro poético que se intenta imprimir al film. Más allá de los versos, hay recursos pensados a posta para darle esa impronta: una carta leída por el padre, grabaciones de macetas en distintas estaciones, vecinos captados desde la ventana, etc. Recursos legítimos, pero no tan bien ejecutados dentro de la propuesta. Hay pocos momentos en los que se logra este efecto poético y lo hace muy bien. Sin embargo, precisamente uno de ellos grafica bien este defecto de la cinta, cuando se afirma que “Hablar es más fácil que el silencio”. Hay muchas escenas en las que se dice o se muestra algo porque parece “poético”, pero hubiera servido más a la narrativa que no se hiciera así.

Otra suerte corre la voz del padre que la cineasta elige mostrar; uno de los elementos más interesantes. Por su cotidianidad, los comentarios del padre en los videos caseros -aunque sean pocos- resultan más reveladores respecto a su propia visión de los hijos. Asimismo, el final remonta lejos de intervenciones afectadas, con una escena que retoma la relación de Marianela, su padre y una cámara de video. 

Podríamos sintetizar la cinta con otra frase que coloca la directora:“¿Por qué insisto en decir todo a medias?”. Es cierto, hay una poesía que se queda a la mitad, queriendo y no llegando. Existe la sensación de que es algo que pudo salir mejor. 

Competencia latinoamericana documental
Dirección: Marianela Vega Oroza
Guión: Marianela Vega Oroza, Sofía Velázquez Núnez
Fotografía: Marianela Vega Oroza, Raúl Vega
Edición: Sofía Velázquez Núnez
Sonido: Mirella Bellido C.
Música: Jorge Pablo Tantavilca
Producción: Isabel Madueño Medina
Perú, 2024, 62 min