Por Mónica Delgado
Como La chupilca del diablo o Naomi Campbel, Volantín Cortao es una película de egreso de universidad, y que demuestra un flujo de fomento, distribución y exhibición de trabajos de jóvenes talentos de Chile bajo un clima auspicioso. Ambas películas han pasado por diversos festivales, recibiendo reconocimiento, y pronostican un nivel de calidad ya desde las aulas mismas y que tiene el respaldo de las mismas universidades, un tipo de experiencia impensable en Perú, por ejemplo.
Volantín Cortao trata de la conversión moral de Paulina, una joven estudiante de Trabajo Social de clase media tras inmiscuirse con un nuevo amigo marginal que conoce en el centro de rehabilitación donde es empleada. La película va mostrando el surgimiento de esta amistad algo atropellada, donde la protagonista se percibe como el elemento ajeno o extraño que llega a un contexto de adolescentes ariscos, libres y sin problemas dentro de su marginalidad y pobreza. Se inicia una mecánica de seguimientos de Paulina hacia su nuevo objeto de deseo y curiosidad, que la irá llevando a una subversión de estados de ánimo y hasta de su “status quo”.
Si bien hay una intención por mostrar ese otro Santiago a través de los ojos de la protagonista, los planos remiten más a un fuera de campo de esa ciudad imaginada, de parques y calles que cambian de ánimo en las madrugadas de borrachera o resaca. Los cineastas van a ir describiendo poco a poco la fijación de la joven Paulina por el vendedor de golosinas y carterista que acaba de conocer, en su desfachatez y soledad.
Pese a unos giros dramáticos que enfatizan esta idea de transformación o rebeldía de Paulina (Loreto Velásquez) de modo algo abrupto para el estilo visto a lo largo del filme, Volantín Cortao tiene buenos momentos, como la primera fiesta a la que acuden los nuevos amigos o las aburridas cenas familiares que, en base a diálogos concisos, permiten mostrar las polaridades que se convierten en parte de la radiografía de un país con inequidades y ausencias. Si bien la idea de presentar dos clases sociales y confrontarlas, permite una mirada desde lo simbiótico o de retroalimentación, hacia el final esta relación se torna una transacción de pérdida, o por lo menos de liberación, que insinúa un devenir nada esperanzador.
Sección Múltiples miradas: Panorama de cine latinoamericano contemporáneo
Dirección: Diego Ayala, Aníbal Jofré
Guión: Javiera González, Javier Valderrama, Nicolás Herrera
Productora: Soledad Trejo
Fotografía: Victoria Jensen, Diego Gómez
Sonido: Pablo Daly
País/año: Chile, 2013
Actúan: René Miranda, Loreto Velásquez