Por Mónica Delgado

Pocas son las películas que tratan de «desublimar» el proceso de la maternidad, desvestirlo del aura del instinto  y mostrarlo tal cual es, en su dolor y desconcierto, como sucedía con Karim Viard en Haut les coeurs, la película de Solveigh Anspach. Pero en Loving (Polonia, 2012), la segunda película de Slawomir Fabicki, se construye la maternidad a partir de la desconfianza, en una puesta en escena centrada en la crisis de dos personajes, María (Julia Kijowska) y su esposo Tomek (Marcin Dorocinski).

María esta embaraza de ocho meses pero es violada por el alcalde del pueblo donde vive. Esta situación siembra dudas en el marido, quien asume que su esposa le fue infiel y que todo es parte de un invento para seguir a su lado. Así, en base a esta premisa dramática es que Fabicki va mostrando el otro lado de la maternidad desde lo incierto, desde los cambios en el estado de ánimo de estos dos personajes, que colocan el plano de ser padres lejos de sus prioridades como pareja. Pero como suele suceder en los filmes donde hay nacimientos, el eco de la muerte y su relación con los seres que se afirman en su vitalidad tras el duelo, aparece para ser evidencia del cierre del círculo, la pérdida familiar.

Todo se confabula para hacer de este relato una huida del drama intenso (incluso la escena de la vejación está casi fuera de campo), sin embargo lo que busca Fabicki es reconocer en sus personajes la intensidad de las emociones que se frustran, en reflejar síntomas de los celos, de la humillación, la desidia. Si bien todo el filme se concentra es describir de modo seco el trauma de María haciendo de madre, el cineasta logra empoderar el papel de Tomek,  pero es allí en este viraje que el film declina, y se alarga hacia una resolución menos compleja. Loving cierra con el viejo mensaje de que el amor todo lo puede, más aún si es con el permiso de lo divino. La bendición.

International Competition 53 TIFF
Loving
Poland, 2012
Screenplay: Marek Pruchniewski and Slawomir Fabicki