Por Mónica Delgado
Tras su paso por la Berlinale y San Sebastián, Mamá, Mamá, Mamá (Argentina, 2020), de la debutante cineasta Sol Berruezo es un coming of age estrictamente femenino (y feminista), y que de alguna manera, en la forma en que está filmada tiene mucho de la perspectiva de Mignonnes (Francia, 2020) de Maïmouna Doucouré. En ambos films hay una estrategia sobre el punto de vista de la narración, que nace desde la sensibilidad de sus protagonistas, niñas púberes, que menstrúan por primera vez, que se relacionan con otras mujeres/niñas y que se encuentran en un limbo entre el despertar sexual y la resistencia de la niñez.
Mamá, Mamá, Mamá, que está en la competencia itinerante de la XI edición del Festival Al Este, es una ficción que parte de un hecho trágico, la pérdida de la hermana pequeña tras un accidente casero. Este clima de luto y muerte, marca la relación de la protagonista, Cleo, con su entorno: una madre ida y dolida, unas primas juguetonas que viven su propio mundo, y una tía que simula cumplir un rol materno ante la indisposición por la depresión de su hermana.
La película está ambientada en una casa de campo, que funciona como una arcadia donde estas mujeres conviven y resisten a su manera a la tragedia. Con ecos a algunas atmósferas de Las vírgenes suicidas de Sofia Coppola o de Mustang de la turca Deniz Gamze Ergüven, Sol Berruezo va armando de a pocos (incluso desde la textura del analógico para los recuerdos) un sistema que va mezclando vivencias con ensoñaciones, donde la interacción en medio de la intimidad del hogar entre las actrices pequeñas resulta lo más logrado. Quizás a mitad de la película, cuando aparecen nuevos personajes (y con ello el miedo tras escuchar el relato de un raptor de niñas) el film va perdiendo intensidad y se vuelve predecible. Sin embargo, hay elementos en el modo en que la cineasta aborda este mundo de mujeres y sobre mujeres, y pensada también para espectadoras mujeres, condición que enriquece su visionado.
Sol Berruezo capta a sus personajes desde la cercanía, desde sus deseos de crecer y sentirse atraídas sexualmente, como pasa con la secuencia en la que realizan una coreografía provocativa ante unos obreros que llegan a hacer un cerco alrededor de la piscina. Y lo hace desde la mirada de Cleo, la niña que no puede revelar aún la tristeza ante la hermana muerta y que encuentra consuelo en las ocurrencias de sus primas. Por ello, este registro de niñas bailando, echadas en la cama, en situaciones de ocio o juegos (a ritmo de cánticos infantiles que interpelan el rol de las mujeres), están en relación de esta familiaridad, de la naturalidad de la relación de estas niñas, donde el ojo que las filma las acompaña y define.
Este tipo de mirada es similar al que aparece en Mignonnes (titulada Guapis al español), donde Doucouré elige el punto de vista de Amy, que es el motor que modula el sentido del relato visual, Las observaciones de todos los sucesos en la vida de Amy tienen la marca de su mirada, desde los videos en Youtube hasta el modo en que observa los rituales religiosos de las mujeres de su familia. También se trata de un coming of age sobre púberes sin supervisión adulta, viviendo una vida a ritmo de twerking y expuestas a la hipervisualidad de las redes sociales. La cineasta describe desde diversos recursos (en muchos casos desde la cámara subjetiva), una máscara de “agrandamiento” de lo que existe y quiere permanecer en esta eterna pubertad, describiendo este miedo a crecer, que queda simbolizado en ese final donde Amy prefiere abandonar el concurso de baile, ir a su casa, sacarse el maquillaje e ir con las chicas de su barrio a saltar la soga.
En ambos films predomina la construcción y representación de un sentido de comunidad femenina, con sus diferencias y conjunciones. Y donde la capacidad de soñar, asumida como estadio de la infancia que no hay que perder, se vuelve la forma perfecta de la resiliencia.
Dirección: Sol Berruezo Pichon-Riviére
Guion: Sol Berruezo Pichon-Riviére
Música: Mauro Mourelos
Fotografía: Rebeca Siqueira
Reparto: Agustina Milstein, Siumara Castillo, Chloé Cherchyk, Camila Zolezzi
Productora: Bomba Cine, Rita Cine
Argentina, 65 min