LOCARNO 2017: MIRADAS SUBTERRÁNEAS Y GENERACIONALES

LOCARNO 2017: MIRADAS SUBTERRÁNEAS Y GENERACIONALES

Mrs. Fang (Wang Bing, 2017)

Por Aldo Padilla

En los últimos cuatro años Locarno ha premiado a tres de los directores más arriesgados de Asia: Lav Diaz, Hong Sang-Soo y este año a Wang Bing, y a pesar que el premio mayor de un festival no siempre sea un parámetro para definir la calidad de la programación, el hecho de que los ganadores sean tan variados y arriesgados en sus estilos (el tejedor del tiempo, el indagador de las relaciones humanas y el observador de la China profunda) demuestra el eclecticismo del cual Locarno es sinónimo.

Mining is trending: Hace algunos años una de las tendencias en festivales era la gran presencia de películas relacionadas con barcos y pescadores. Un fenómeno similar parece haberse iniciado desde el año pasado con las múltiples películas relacionadas con la minería, desde Viejo Calavera que se ha convertido en la película boliviana más importante de la década, pasando por films como la peruano-portuguesa Eldorado XXI, la georgiana City of the sun o la china Behemoth. La edición 70 de Locarno parece haber cedido a esta tendencia con la presentación de dos filmes en competencia. Por un lado, el documental Good luck de Ben Russell es un registro íntimo en dos partes sobre la gigante y subterránea minería del cobre en Serbia que se contrapone a la minería artesanal del oro en Surinam. esta última parte dialoga perfectamente con la ya nombrada película de Salomé Lamas Eldorado XXI, ya que en el film de Russell la explotación de oro trasciende en un ambiente inundado por luz y vegetación versus los 5100 metros de altura, aridez y neblinoso ambiente de la mina puneña.

Las 2 horas y 20 minutos de Good luck fluyen en primera instancia en un proceso de admiración de la oscuridad como forma de belleza y el sonido industrial en lo más profundo del territorio serbio, además que el ritmo está marcado por una tranquilidad pasmosa en el descenso a lo más profundo de los socavones. Frente a la observación de la naturaleza de Russell, Winter brothers del islandés Hlynur Pálmason pareciera ser una especie de espejo de Viejo Calavera, ya que ambos se plantean como retrato de una generación que no tuviera un rumbo fijo, y que se pierde aún más en medio de las entrañas de la tierra. Pálmason filma en clave de comedia en medio de la Dinamarca profunda, donde el protagonista lucha contra el complejo de hermano menor y sobrevive en medio de la nieve que oculta las miserias nórdicas que de forma paradójica solo salen a la luz en la oscuridad de la mina. Los films nombrados y los proyectados en Locarno parecieran buscar un nuevo rostro de la minería, alejado del estigma ambiental que pesa sobre ellas y que a veces la distorsiona, mostrando los personajes, paisajes y consecuencias que están detrás, y de esa forma visibilizar una poesía de la oscuridad. 

The first lap (Kim Dae-hwan, 2017)

Generaciones en fiesta: La sección Cineasti del presente plantea una doble conjunción del ahora, ya que busca el retrato contemporáneo desde los ojos de cineastas jóvenes. Dos obras en esta sección dialogan de forma complementaria sobre la forma de vida de esta generación, explorando la frontera que los separa de un nuevo modo de vida o los excesos e histrionismo que marcan esta etapa. La coreana The first lap de Kim Dae-hwan es un film que se apoya en la sencillez para plasmar los nuevos conceptos sobre las relaciones de pareja y el compromiso en una sociedad conservadora como la coreana. En la película se alcanza a ver la injerencia de la familia en ideas como el matrimonio y el éxito, además del intervencionismo que pareciera estar presente tanto en clases altas como bajas, mientras las nuevas generaciones buscan un equilibrio entre las tradiciones y los nuevos conceptos de libertad.

Frente a la tranquilidad del film coreano se presentó Verão Danado de Pedro Cabeleira, que convive en medio de un repelente mundo de fiesta, alcohol, parejas intercambiables y una fauna de bichos nocturnos confundidos que parecieran reconocerse solo durante las luces tenues de la noche en medio de diálogos sin mucha conexión. Se resiente la extensión del metraje, el cual no ayuda mucho al desarrollo de una obra basada en la intensidad, pero a pesar de ser una ópera prima, sin duda se ve una gran calidad técnica y una gran construcción ambiental a la hora de filmar pequeños rastros de luz en medio de la oscuridad.

Tiempo vs Naturaleza: La sección Signs of life está concebida como la sección más radical de Locarno, sin distinción de metraje se mueve entre el descubrimiento y la duda permanente sobre la realidad y ficción. Dane Komljen, que ya había participado en esta sección regresa con Phantasiesätze, película que en 17 minutos recorre una especie de apocalipsis partiendo de la materialidad de lo cotidiano mediante videos caseros, para terminar filmando la desolación de espacios vacíos que se ve fortalecida por un sonido que acentúa esa lenta fusión de la naturaleza y la ciudad.

La sensibilidad de Komljen se ve fortalecida con este último film, luego de que el año pasado haya presentado uno de las mejores películas del año All the cities of the north, una oda al territorio fantasmal, y que ahora representa como un espacio lleno de vida y su posterior ausencia, ambas obras muestran que Komljen se ha convertido en un sensible observador de los espacios.

También enfocada en el tiempo y sus efectos se presentó el film Hello horse! de la letona Laila Palkanina, posiblemente una de las películas más pulcras y exquisitamente enfocadas del festival.  La cineasta filma planos de paisajes perfectamente encuadrados en distintas estaciones del año, con una técnica que es una proeza absoluta, la comparación de los cuadros que son registrados muestra una absoluta delicadeza y genera un efecto catártico.

También estuvieron presentes en esta sección consagrados directores como Radu Jude, el cual realiza un arriesgado ejercicio en The Dead nation, film basado en el diario de Emil Dorian el cual relata los excesos y abusos contra la comunidad judía en la Rumania de la segunda guerra mundial, cuya gradualidad demuestra lo imperceptible que puede ser el nacimiento del radicalismo en una sociedad. El relato de fondo se contrasta con fotografías de la colección Acsinte que retratan la Rumania de los años treinta y cuarenta, el retrato del horror que se escucha parece no condecirse con las fotografías de rumanos de diferentes estratos sociales, diferentes edades en medio de su habitualidad, donde la única pista de la distorsión de la historia oficial parece ser el deterioro físico de dichas imágenes.

Phantasiesätze (Dane Komljen, 2017)

El observador cómplice: Durante la premiación de la sección Orizzonti del Festival de Venecia 2016 llamó la atención el premio al mejor guion para el director chino Wang Bing por su film Bitter money, debido a que dicha película no se filmó con un guion definido. Es posible que esta pequeña anécdota muestre la forma de trabajo del director, que durante las filmaciones se enfoca mucho más en el presente que en la planificación, además de una cercanía única con los personajes de sus documentales, desde las niñas del olvidado sur chino en Three sisters, hasta la precaria situación de la tribu Ta’ang también en Yunnan en medio de una guerra constante.

A pesar de la dureza de sus films anteriores el film ganador de la competencia internacional de este año, Mrs. Fang es sin duda uno de sus films más polémicos, debido al tratamiento del director sobre una mujer en estado terminal de Alzheimer, donde se aleja totalmente del concepto común de dicha enfermedad, que se asocia más a las consecuencias mentales. Wang filma a una mujer que está la mayor parte del tiempo postrada y que apenas controla algunos gestos faciales, y a pesar que ella no es la persona que más está en pantalla todo gira en torno a su figura, mientras su familia se mueve entre la resignación, la cotidianeidad y el dolor que genera el estado de la enferma. Sin duda algunos primeros planos sostenidos del rostro de la mujer son lo más cuestionable del film, debido a la intencionalidad intrínseca que hay en ellos, aunque esto no quita el mérito de la película que en la mayoría del tiempo guarda un gran respeto por el estado de la protagonista y ante todo las consecuencias de una enfermedad tan compleja y que se ha tratado con muchos tabúes en el cine convencional.