Por Mónica Delgado
Estamos ante una obra de carácter épico en todo sentido. A Phil Tippett le costó treinta años poder materializar esta casi hora y media de purgatorio, de pesadilla distópica, de fantasia pútrida hecha de carne y alquimia imposible. Presentada fuera de concurso en el reciente festival de cine de Locarno, Mad God (2021) cumple un largo sueño en stop motion y se convierte en “el jardín de las delicias” del siglo XXI en clave steamgoth y, sobre todo, steampunk.
Tippett, quien fuera el jefe de efectos especiales en films famosos como Star Wars: Return of the Jedi, Robocop, Starship Troopers, o Jurassic Park, y padre de la técnica del go motion, saca sus mejores talentos para dar vida (o darle movimiento a la muerte) a una serie de personajes bajo el yugo de una entelequia del mal, resultado de la hiperindustrialización, la alienación capitalista, la explotación y la destrucción nuclear. Todo en este universo oscuro y de degradación, donde seres sobreviven ciegos, mutilados, deformados, mutados, en entornos diseñados para transmitir caos, decadencia, conformidad ante un sistema aplastante post nuclear, bajo la lógica del submundo. La “trama” comienza con la llegada de unos espías o limpiadores desde el espacio exterior (un eje argumentativo clásico de determinada ciencia ficción literaria o fílmica), dirigidos por un sacerdote o físico demente que busca acabar con este reino de libre albredrío de monstruos y demás mutantes. Sin embargo, más allá de esta historia que se puede palpar en algunas escenas, lo que Tippett le interesa es generar sensaciones en torno a esta materialidad, muy carnal, de este inframundo. Cirujanos matasanos en experimentos con cuerpos semihumanos y animales, brujas alquimistas que vuelven fetos en oro, obreros automátas que mueren cada diez segundos, mujeres mutantes que juegan con el miembro viril de un ogro, van poblando este universo que podría ser la pesadilla de un Bosco en ácidos. Una Metrópolis radioactiva y anárquica.
Tippett fue el creador de Jabba the Hutt, de Rancor, de la Caravana del valor, o los insectos gigantes de Starship Troopers, y hay bastante de eso en este universo sin humanos, pleno de deformidades y experimentos. Es como si de cada periodo laboral en diferentes films a lo largo de su carrera, Tippett hubiera ido nutriendo estos diseños de monstruos que parecen tener ecos o similitudes con sus trabajos creativos previos. No está demás afirmar que Tippett aquí hace gala de una maestría exuberante: hay desborde en la necesidad de crear un mundo único, que podría evocar referencias de distinta clase, sin embargo pareciera que buscara ir más allá de cualquier gesto que lo emparente con ficciones apocalíticas del cine. Su estilo de animación no es el de Jan Svanmajer, puesto que tiene su marca particular, y aunque podamos asociar algunas escenas con imaginarios de Terry Gilliam en 12 monos o Brazil, lo que este cineasta y experto en VXF propone es generar un universo entre grotesco y visceral, entre pesimista y decadente, que da cuerpo a una idea de castigo divino de un dios demente.
Mad God (2021) comienza con una cita a Levíticos: “A los que queden de ustedes les infundiré pánico en sus corazones en el país de sus enemigos; el ruido de una hoja que cae los hará huir como quien huye de la espada y caerán sin que nadie los persiga”, y ya estos versículos van siendo la antesala ante el mundo de caos que veremos, desde la mirada de un extranjero en misión especial, como desde esta visión que todo lo gobierna y lo ordena. Sin diálogos, Tippett va dando forma a este clima de olores, flujos, estallidos, en un eterno purgatorio de castigos y retos.
Un aspecto importante de este film de animación es el diseño sonoro, de ruidos y movimientos hipérbolizados, condimentados con las delicatessen sónicas de Dan Wool, un músico y diseñador de sonido de Missouri. Acompaña proezas visuales desde atmósferas que no buscan la convención, sino de apelar a un uso del “foley”, donde ruidos adquieren una materialidad insólita.
Tippett, con este dios loco, nos regala una gran experiencia sensorial: una extraordinaria obra de animación de ambición desbordada, y con un final sumamente poético y sugestivo.
Fuori concorso
Dirección: Phil Tippett
Guion: Phil Tippett
Edición: Ken Rogerson
Fotografía: Phil Tippett, Chris Morley
Efectos especiales: Phil Tippett, Ken Rogerson, Chris Morley
Animación: Tom Gibbons, Chuck Duke, Ri Crawford, David Lauer
Música: Dan Wool
Fotografía: Animación, Chris Morley, Phil Tippett
Reparto: Alex Cox, Niketa Roman, Satish Ratakonda, Harper Taylor, Brynn Taylor
Productora: Tippett Studio
EE.UU., 83 min., 2021