Por Valentina Giraldo Sanchez
Una imagen: Dos hombres lanzan flechas.
Colombia: Sabana, Páramos, Bosques tropicales, Zonas desérticas, Arrecifes coralinos, Praderas de pastos marinos, Ecosistema pelágico, Manglares.
Los mayores ríos se deslizan bajo tierra dirigida por Simón Vélez, comparte la historia de Sofía, quien después de perder un casting se va a trabajar en un cultivo de fresas. 16 milímetros, grano y punto que parece semilla en la imagen. Una cámara que deambula en la ciudad y con Sofía, y se pierde, y se encuentra, y se pierde.
A la película la abre una lectura del tabaco. La vida siendo adivinada en un pucho. El tabaco es una planta dicotiledónea, de hojas lanceoladas, alternas, sentadas o pecioladas. Sus flores son hermafroditas y su tallo parece un tubo terminado por un limbo con cinco lóbulos. Su fruto es una cápsula recubierta por un cáliz persistente, que se abre en su vértice por dos valvas bíficas. Todo esto lo saque de un libro de biología. Pienso: valvas bíficas del tabaco que producen la palabra siamesa de la predestinación. Sofía va a que le lean el tabaco y se encuentra con desgracias, mala suerte, mal augurio, muerte. La lengua bífida, serpiente de dos cabezas: la apertura de este cortometraje de Simón Vélez.
Con mis amigas hablamos de fumar y parecerse a los volcanes. Pensando en la pirogeografía, el mapa que dibuja esta película se abre con el incendio de una planta, el humo de una bruja que a la vez es volcán. El mal augurio extiende el fuego, que lo vemos aparecer como fruto y anuncio del mal presagio: Sofía va en el metro y filma con su celular el humo negro de alguna casa quemándose, vende todas sus lamparas luminosas en la calle y se queda detenida mirando una pila de televisores de tubo de rayos catódicos.
La acompañamos a su casting y no pasa. La acompañamos y ella camina, y vende las luces, y se queda sentada. Se encuentra con Gina, quien le regala fresas y la lleva en una moto hasta el monte. Vender toda la luz y el fuego dejarlo en la ciudad, abrazar un fracaso que conduce a la montaña. Sofía se va a cultivar fresas.
Las fresas son plantas con estolones que enraízan en el ápice. Estípulas membranáceas agnatas a la base del peciolo. Flores hermafroditas, polígamas o unisexuales. Estambres numerosos y uniseriados. Un ovario súpero, de numerosos carpelos estipitados, sobre el receptáculo convexo. Óvulos ascendentes, uno por lóculo. La fresa es roja roja, como la sangre. La altura de la planta es baja. A los cultivos de fresa a veces le pasa que pareciera que trajeran un pequeño fueguito adentro y entonces las hojas viejas se amarillean en los bordes, y el margen se seca y se quema de a pocos. Como si tuvieran un secreto por contarnos cada vez que la fruta se madura más. Esta película es como si se fuera quemando de a pocos, justo por la periferia de la imagen y su borde borroso incendiado. Sofía se va perdiendo en la montaña, riega las plantas, se baña en el río.
Cuando una montaña está llena de cultivos de fresa y esta está ya para cosechar, lo que era verde se pone rojo.
Una imagen del nomadismo en línea espiral del tiempo-espacio de esta película: una flecha lanzada cae por la espalda de Sofía. Ella muere.
El verde se vuelve rojo,
la fresa madura,
una flecha atraviesa a Sofía.
El presagio del incendio revelado en la planta: algo oscuro vendrá, le decía el tabaco a Sofía. El cuerpo cae y el ojo abierto.
El cuerpo cae y resucita.
Sofía camina entre un bosque y se encuentra rodeada de vacas.
Una imagen: Mientras camina entre árboles en un bosque lleno de niebla, Sofía lleva sus manos a la boca y sopla el aliento para calentarlas.
Las manos: Falanges, articulaciones, dedos, palmas, líneas: del amor, de la vida, del destino.
Un anuncio: La película está libremente inspirada en una canción del grupo Sales de Baño.
En este cortometraje de Simón Vélez, la muerte deviene aliento y el aliento es, a su vez, una vida volviendo a nacer. Sofía resucita con las vacas y muere cosechando una fruta roja. Sofía, recién resucitada, lleva sus manos a la boca y su aliento deviene calor, como volcán, como humo, como sonido de instrumento de viento.
Competencia de cortometrajes latinoamericanos
Dirección y guion: Simón Vélez
Reparto: Sofia Jaramillo, Gina Caicedo, Daniel Cortés
Cámara: Mauricio Reyes
Editor: Melissa Jurado
Productora: triángulo
Colombia, 2022, 19 min