Por Mónica Delgado
Mañana comienza una nueva edición del Festival Internacional de Cine Documental Punto de Vista de Pamplona, referente importante sobre las tendencias del documental en sus diferentes variaciones, y que este año propone eventos hitos, como la retrospectiva a la obra de Margaret Tait, y el concepto de Islas como eje de toda la programación.
Sobre el festival conversamos con su director artístico, Oskar Alegría, el reconocido cineasta de «La casa de Emak Bakia», quien asume con mucha creatividad esta tarea que nos acerca más al cine vasco y demás propuestas a visibilizar.
Desistfilm: Recuerdo algunas notas en medios sobre la ausencia de una edición del festival el año pasado, y que se vio como efecto de la crisis. ¿Qué retos implicó esta edición 2015 en la organización?
Oskar Alegría: Así es, el festival ha tenido dos baches en los que ha desaparecido, no del todo, porque en su lugar se ha celebrado un Seminario, pero podemos celebrar ya este año que eso es agua pasada. Fue una medida excepcional para esperar sentados, sin morir, a que llegaran nuevos y mejores tiempos para la lírica, y parece que ya están entre nosotros, el año que viene seremos diez años más viejos, no sé si más sabios, pero sí que seremos de nuevo anuales, habrá un festival todos los años.
Desistfilm: Esta edición es tu primera experiencia en el festival como director artístico. ¿Con qué expectativas recibiste este rol y cuáles fueron esas primeras ideas que concretaste?
Oskar Alegría: Al principio lo recibí sin expectativas, más bien con susto y sorpresa, nunca lo había pensado, a pesar de haber estado vinculado al festival desde sus inicios como espectador, cineasta, etc., pero al tener que preparar de entrada un seminario y no un festival, el susto se me pasó, me pareció una manera más suave de meterme en un mundo del que no tenía ninguna experiencia, cosa que me agrada. Todo me sabe a nuevo, todo es materia por aprender, lo vivo con la ilusión del niño y pienso mucho en aquel verso de León Felipe tan cierto: «para enterrar bien a los muertos, elegid a cualquiera, excepto al sepulturero».
Desistfilm: Resulta importante cómo el festival, año tras año, ha ido definiendo la apuesta de difusión del documental o la no ficción. Recuerdo ediciones que en algún sentido marcaron pautas de tendencias o apuntalaron los nombres de algunos cineastas que fueron cobrando notoriedad como Sniadecki o Verena Paravel o colectivos como Los Hijos. ¿Cómo valoras esta progresión sobre el estado del documental a lo largo de las nueve ediciones del festival?
Oskar Alegría: Sí, es verdad que es algo que agrada, aunque el festival tenga una carrera breve de solo nueve años, yo creo que echando la vista hacia atrás se puede decir que hemos seguido en paralelo a esa evolución del documental, muy fieles a lo que se respiraba y a las nuevas tendencias. Y como dices, el festival ha tenido una gran labor en elevar ciertos nombres, creo que eso es una de sus grandes funciones, poder descubrir y poner en valor a nombres que están en una órbita interesante.
Desistfilm: ¿Cómo surge organizar una sección llamada Islas? Sobre todo por la intención de trabajar un concepto más allá de la literalidad geográfica.
Oskar Alegría: Así es, la retrospectiva está más bien dedicada al concepto de las islas, más que a las islas en sí. El viaje que se propone es por tanto un viaje por las ideas, la idea de paraíso y las distintas maneras de aproximarse a él, una revisión del naufragio, la idea de infierno y sus circunstancias en las islas como confinamiento o lejanía. Comenzamos con un film pregunta —cómo contar una isla— y terminamos con otra —dónde termina una isla—. Ninguna de ellas tiene respuesta. Las islas tienen el poder y la magia de concentrar en un espacio reducido las múltiples caras del teatro de la vida y sus contradicciones. No se les puede pedir más.
Desistfilm: Margaret Tait y sus 32 cortos y un largo me parece un gran acontecimiento. ¿Cómo surge la idea de dedicarle la retrospectiva?
Oskar Alegría: Una mujer que se dedica a filmar el río de su infancia en The Orquil Burn y sigue con su cámara el mismo pulso que el agua, debería ser una razón que baste. O esos maravillosos filmes que tiene antes de abandonar una casa, echando la última mirada con la cámara, como lamiendo las paredes con ella, antes de echar el cerrojo de la memoria. En fin, las razones son varias y han venido a coincidir felizmente. Primero, por ser también isleña y por mostrarnos en su cine de una manera magistral el latido de su paisaje en las Orcadas. Segundo, por ser una cineasta y tremenda poeta a partes iguales, sin distingos cuando filma de cuando escribe. Y tercero, por ser una artista de la que no se ha hecho una retrospectiva nunca fuera de Escocia ni se han traducido nunca sus poemas que vamos a publicar en un libro que hemos llamado Gallina significa miel.
Desistfilm: Otar Iosseliani será invitado de honor. Háblanos de esta elección y qué otros invitados estarán en esta edición.
Oskar Alegría: Principalmente viene porque tiene un documental en la sección que hemos llamado Chez les Basques, donde por primera vez hemos juntado el importante legado de cine del que ha sido objeto el País Vasco francés. Entre los Pirineos y el Atlántico es envidiable la constelación de cineastas que han pasado por esa esquina del mundo con el objetivo de retratar a los vascos, su cultura milenaria y su paisaje. Desde los Lumière a Orson Welles pasando por Louis Delluc no se me ocurre otro rincón del mundo con ese tesoro fílmico. Y Otar Iosseliani será quién lo cierre, con su película homenaje que hizo en el verano del 82 tratando de encontrar los ecos de las viejas canciones georgianas en los cantos más antiguos vascos.
Desistfilm: ¿De qué manera el festival promueve otro tipo de cine español?
Oskar Alegría: Eso se llama Heterodocsias y es una sección que tiene ese cometido, rescatar del olvido nombres del cine español más arriesgado y valioso que han quedado en un desván. Este año tenemos al gran Isidoro Valcárcel Medina, uno de los pioneros del arte conceptual en España y que tiene una incursión en el cine que precisamente se estrenó en Pamplona en los famosos Encuentros del Arte del 72. Es una película basada radicalmente en la novela de Alain Robbe-Grillet llamada La celosía, un muy interesante ejercicio sobre la duración del plano y la disociación, y que tras su pase hace 43 años aquí no ha vuelto a aparecer salvo en muy contadas ocasiones. Ahora la recuperamos para que vuelva a la ciudad donde nació y vendrá el propio Isidoro a presentarla, una oportunidad histórica para ver qué pasa y si somos o no el mismo público que hace cuatro décadas.
Desistfilm: Sobre su cine ¿cómo vienes llevando el rol de programador y director artístico con el de cineasta? Ya que has estado con tus trabajos en otros festivales, ¿qué significa ahora estar del otro lado?
Oskar Alegría: Es muy diferente hacer cine y pensar el cine, son dos clavijas distintas, como dos idiomas que para pasar de uno a otro tienes que saltar de una zona del cerebro a la otra. Pero te diría que ambas son igual de interesantes y creativas. Programar es editar, por tanto el apetito de artista también se satisface allí. Por ejemplo, en el último programa de Margaret Tait vamos a mezclar la exhibición de cortos poéticos con audición de sus poemas grabados con su propia voz, todo en la misma sala, de tal forma que veremos películas poéticas que son mudas y a continuación oiremos poemas pero sin imágenes. Esa combinación de imagen muda que da paso a audición ciega me resulta muy cautivadora y significativa, ya que pretende poner en la sala la igualdad de condiciones en las que Tait era poeta de la misma manera en que era cineasta.
Desistfilm: He visto en la programación este proyecto tuyo The Darkness collection. Cuéntanos cómo fue la interacción con los demás cineastas, y cómo evalúas el proyecto en sí.
Oskar Alegría: En eso también he resuelto de alguna manera mi continuidad como cineasta. Un buen día filmé un corto de 6 minutos sobre la oscuridad, o, mejor dicho, sobre mi oscuridad. Y pensé que todo el mundo tenía una oscuridad o una idea personal de la oscuridad. Así que me he dedicado durante dos años a coleccionar oscuridades. He pedido a cineastas de todas las esquinas del mundo que me mandaran y rodaran un corto sobre la oscuridad. Resultado, de momento tengo 38 oscuridades, todas ellas guardan un secreto que no se desvela del todo, esa es su mayor oscuridad, y las he pegado una tras otra, sin créditos que interrumpan el viaje, ahí está la clave de todo, son películas que se pasan el testigo de una a otra, se complementan o se contradicen, pero bailan juntas, como decía Bresson, el cine está en las junturas.