PANORAMA: HASTA LA MUER7 DE RAÚL PERRONE

PANORAMA: HASTA LA MUER7 DE RAÚL PERRONE

Por Pablo Gamba

La más reciente película de Raúl Perrone, Hasta la muer7 (2019), se estrenó en el Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires, que se realiza del 2 al 11 de septiembre. Es el segundo estreno en el año del cineasta argentino, que presentó Ituzaingó v3rit4 (2019) en el Bafici y que mantiene una constante producción totalmente independiente en su país.

Hasta la muer7 representa un giro con respecto a las películas que viene haciendo Perrone desde P3nd3jo5 (2015), marcadas por una estilización que lo llevó a recuperar desde el cine mudo expresionista hasta la transfiguración de lo real en Federico Fellini, así como a Pier Paolo Pasolini y a Sergei Eisenstein, entre otros clásicos de la modernidad y de la época de las vanguardias. El estilo documentalista con sonido directo, el vídeo en color de diversas texturas y el no usar música hacen patente el contraste.

Los protagonistas de la película son una pareja formada por un hombre y una mujer de edad madura sin hogar. Viven entre la plaza y la estación de tren de Ituzaingó, la ciudad del conurbano bonaerense en la que están ambientadas casi todas las películas de Raúl Perrone y en la que él vive.

Es tentador ver en la elección de los personajes una respuesta a las críticas al mundillo frívolo de los festivales de cine de Ituzaingó v3rit4 y una toma de posición frente a las consecuencias sociales de las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri. Pero el cineasta pone eso en duda con una fecha que insertó automáticamente la cámara de vídeo. El espectador que se dé cuenta podría preguntarse por la época precisa en la que se desarrolla la historia, que puede ser el tiempo del “era una vez” de Favula (2014).

Es un detalle que problematiza también la conclusión sobre el género a la que lleva el estreno de Hasta la muer7 en un festival de cine documental. El estilo de la película tampoco es el de la “mosca en la pared” del documental observacional. La cámara está más cerca de los personajes y la que se relata es una historia de amor, de un hombre y una mujer que se prometen estar siempre juntos, y que bailan, se abrazan y se besan. Triunfa así sobre la pornomiseria el tratamiento humanista de los personajes marginados, pero sobre la base de otra estilización: la del cine romántico.

Lo dominante en Hasta la muer7 es la tensión entre el mudo, tal como se quisiera que fuera, que es la forma de representación característica del cine de ficción, y la vida de los personajes como se supone que realmente son, que es el pacto de verosimilitud que plantea el documental. Es lo que marca también los diálogos de la pareja, en los que el sueño de amor y de una vida mejor es perforado por lo que en las mismas conversaciones aflora de los problemas económicos y familiares que los han llevado a quedar en la calle.

La precariedad del registro en vídeo, que no solo es borroso y con interferencias sino que tiene problemas de congelación de la imagen, es un regreso en esta película al cine sostenido por milagro –al igual que la vida de los personajes– de la Trilogía de Ituzaingó (1994-1998). También se reza en Hasta la muer7, como se encomendaba a Dios con una oración que se hizo célebre uno de los personajes de Labios de churrasco (1994). El sonido, sin embargo, es un recordatorio de que se trata de frugalidad de medios, no de falta de destreza técnica: aunque los micrófonos usados causen distorsión, todos los diálogos se escuchan con claridad. Es otra diferencia con el documental que requiere subtítulos para que se entienda.

La precariedad social es aquí la de aquellos a los que, después de cumplir 50 años de edad, la sociedad no les encuentra ninguna utilidad y los descarta. También se convierten en un problema del que buscan deshacerse los más jóvenes en algunas familias. Pero si los skaters parecidamente marginados de P3nd3jo5 eran fantasmas, los personajes de Hasta la muert7 han engordado por la edad y por el mal comer de la pobreza, y tienen un peso y volumen reales que se hacen patentes en la pantalla. En la tensión entre verlos a la vez como son y como se quisiera que fueran hay un reclamo de justicia para María, Bonifacio y todos los que son como ellos, que es también un llamado a la solidaridad y a la responsabilidad familiar.

Por estas y otras razones, Hasta la muer7 es una de las mejores películas recientes de Perrone, después de la obra maestra del ciclo anterior: Favula. Lástima que el estreno en el Fidba no la haya hecho resaltar como merece.