Por Mónica Delgado
El espíritu de Eric Rohmer fluye en cada diálogo y en la distancia que el rumano Cristi Puiu crea entre él y sus personajes en un juego de representación lúcido y novedoso dentro de su filmografía. Igual, denominar “personajes” a este grupo de actores y actrices de la compañía «Les Chantiers Nomades» pareciera una excusa para darle a Three Exercises of Interpretation un disfraz que no tiene. Sin embargo, hay algo en la construcción de la puesta en escena y en la dirección de actores que la hacen pensar en una planificación, en una racional astucia para presentar varios tipos de mentalidades, sentidos comunes y temperamentos que remiten también a Jean Eustache y al triunfo de la oralidad y del verbo, bajo una perspectiva documental.
Puiu, a partir de un relato del filósofo ruso Vladimir Soloviev (Tres conversaciones seguidas de una breve historia sobre el Anticristo), elabora tres episodios bajo un mismo hilo conductor y la misma receta: un grupo de personas en similares situaciones dentro de un espacio determinado (una terraza, una sala de estar, un viejo hangar), que interpretan el mismo parlamento sobre la comprensión del Evangelio según san Juan.
Estos tres episodios, denominados El gato sobre la silla, El ratón bajo la mesa y El mono sobre la rama, tienen elementos en común pero también variaciones, como si se tratara de movimientos de la misma pieza musical: amigos conversando sobre temas morales y políticos, partiendo de la interpretación de la conocida parábola del viñedo del evangelio. Lo que parece ser la observación de cotidianidades de personas de clase media intelectual en Toulouse, va derivando en un juego del parecer: recursos de improvisación o ejercicios dramáticos a partir de un mismo enunciado, que se empodera en su repetición y ludismo.
En el primer episodio vemos a cuatro amigos en una terraza, hablando del clima, y de cómo se conocieron algunos de ellos. Los casi cuarenta minutos de este encuentro dominical bajo la soleada tarde va a plantar la semilla de las variaciones siguientes. Puiu deja que sus «actores» fluyan y construyan a sus personajes in situ, dejando entrever la tensión de esa «suplantación» y dejando que aflore también la frescura y la soltura de la inmediatez. El segundo episodio se desarrolla dentro de un departamento, donde los personajes tras discutir sobre política y el evangelio, y tras leer el diario, deciden ver una película tailandesa, a la que denominan un subproducto (luego irónicamente mencionan que se trata del famoso cineasta Achipatong, logrando el momento de mayor hilaridad). Y el tercer episodio, poblado de mujeres, también contiene el epílogo, puesto que todos los personajes/actores llegan a reunirse en una esperada sesión espiritista, contradiciendo el agnosticimo o laicismo esbozado en los diálogos de los tres episodios.
El homenaje a los Cuentos Morales de Eric Rohmer es implícito, al liberar a los personajes en su absoluta verborrea, pero también en esa conexión que los une dentro del espacio canónico del hogar, la amistad o la familia. Hay también esa sensación de recobrar el alma de los seres de La mamá y la puta, sin embargo esas reminiscencias apuntan a otro asunto del filme: conjugar un cine de diálogos, sostenidos en los detalles, el clima de la conversación, las divagaciones, los susurros, las bromas, las ironías o los silencios con planos fijos que no impiden capturar, por ejemplo, las nubes que impiden toda la luz del sol sobre sus rostros.
Puiu, aquí en otra perspectiva si pensamos en La muerte del señor Lazarescu o Aurora, ha señalado que esta película es un ejercicio discreto y personal, sin embargo ha logrado una estupenda obra sobre el debate, sobre los estallidos en un juego de interpretación e improvisaciones, con un final sublime e irrepetible.
Dirigida por: Cristi Puiu
Productores: Cristi Puiu, Chantiers Nomades
Cast: Ludivine Anbérrée, Marion Bottollier, Ugo Broussot, Anne-Marie Charles, Anne Courpron, Perrine Guffroy, Hillary Keegin, Nathalie Meunier, Barnabé Perrotey, Jean-Benoit Poirier, Diana Sakalauskait?, Patrick Vaillant
Cinematografía: Luchian Ciobanu
Francia
158 min
2013