Por Mónica Delgado
El artista puertorriqueño Omar Rodríguez-López, conocido por su trabajo como músico en Mars Volta y At the Drive-In, acaba de estrenar un nuevo largometraje en el marco del 54º Festival Internacional de Cine de Rotterdam. Su fama como músico alimentó el acercamiento de muchos jóvenes a sus primeros films, entre ellos The Sentimental Engine Slayer (2010), El divino influjo de los secretos (2013) o Amalia (2018), convertidos ya en objetos de culto y evidencia del interés del cineasta por algunos tópicos del cine de género (sobre todo ciencia ficción) y de la serie B.
Dentro de la sección no competitiva Harbour, se estrenó Luna Rosa: La 7ª ascensión de Atabey, que como Amalia, está hecha en blanco y negro y tiene como protagonista a una mujer, quien debe resolver una serie de eventos para encontrarse a sí misma. Desde la lógica de un guion estructurado narrativamente en torno a los retos que debe cumplir una heroína para enfrentar su propia identidad y “descubrirse”, y desde una ubicación temporal inspirada en diversas distopías con ecos a los universos femeninos (o feministas) de Octavia E. Butler o Ursula K. Le Guin, Omar Rodríguez-López propone un acabado low-fi y muy de serie B, con ánimo de dar tributo a diversos universos fílmicos surgidos desde estos elementos.
La trama de Luna Rosa: La 7ª ascensión de Atabey tiene como protagonista a Zur’na (encarnada por la actriz venezolana Flora Sylvestre), quien luego de un violento secuestro debe rescatar a su hermano y buscarlo en los territorios enemigos de unas fuerzas coloniales estadounidenses, regido y sometido por mujeres (liderado por las actrices Karent Hinestroza y Dorayma Mercado). Pero no se trata de un film que confronta entornos femeninos en un ambiente simbólico de opresión, sino que Omar Rodríguez-López enriquece su relato con algunos guiños inevitables a la actualidad (y al pasado y presente colonial de Puerto Rico). Zur’na vive en una isla, (la némesis de Puerto Rico), ya semihundida y derruida, gobernada por EE.UU., a través de un holograma (que encarna el actor Marc Nally, y sí, no podemos negar que se parece un poco a Trump). Así que la lucha de Zur’na no solo es interna o de índole familiar, sino que adquiere un trasfondo social y político (y que creemos secundario, en la medida que el film se defiende solo siendo una obra de puro disfrute cinéfilo muy tributo a las maniobras de los viejos cineastas de la serie B y del Sci-fi de bajo presupuesto).
Con producción mexicana (y rodada también en estudios de este país), y con un reparto latinoamericano (con actores y actrices de Venezuela, Colombia, México o Puerto Rico), Luna Rosa: La 7ª ascensión de Atabey ha sido filmada desde un fino trabajo fotográfico, que potencia los brillos (más aún si aparecen personajes de texturas estelares) o reafirma los ambientes áridos y decadentes de este mundo pesimista del futuro. Y tiene un tono ingenuo en muchos pasajes que precisamente la enlazan con un imaginario de la fascinación por la Sci-fi de los años cincuenta, a aquellos films que son producto del trabajo de Roger Corman, Jack Arnold, Gordon Douglas (y por qué no mencionar también a Ed Wood o la tradición mexicana de la serie B y Z), con los códigos del blaxploitation, con las obras que recrean estos contextos distópicos, donde no reina la excelencia cinematográfica sino el disparate, el nonsense, los trajes intergalácticos naive, los diálogos absurdos, las escenas cerradas de manera intempestiva, con personajes que desaparecen de la nada, o con encuadres que osan no respetar la convención fílmica.
En el Q & A tras la proyección, y que tuvo un público muy entusiasta, la conversación con Omar Rodríguez-López se centró en los aspectos más “temáticos” del film, en su intención de crítica colonial, en la situación de Puerto Rico frente a EE.UU., o en el interés en contar una trama desde personajes feministas; centralidad comprensible debido a que a estas alturas se le da mucho valor en espacios de festivales como estos a los temas antes que a la expresión cinematográfica en sí. Es decir, poco se habló de cine, y más de puntos que quizás no estaban en el film en sí. Sin embargo, más allá de este paréntesis, que busca visibilizar cómo se engrandecen determinadas películas por sus temas, Luna Rosa: La 7ª ascensión de Atabey es un deliberado abordaje a las formas de la serie B, desde la visión de un cineasta que comparte esa nostalgia -y amor-por un cine, que incluso a estas alturas del siglo XXI, ya se conoce muy poco, pese a ser muy popular en su momento. Si se le aprecia de esta manera, ubicando estos referentes y guiños a la serie B, la película crece; sin embargo, el ejercicio opuesto, de valorarla como crítica social seria, como si fuera heredera del influjo Orwell, este film de Rodríguez-López sale perdiendo, y mucho.
Sección Harbour
Luna Rosa: La 7ª ascensión de Atabey
Director: Omar Rodríguez-López
Productores: Michel Lipkes, Johann Scheerer, Nicolasa Ruiz Mendoza
Producción ejecutiva: Yulene Olaizola, Angelo Marcelo Rodríguez Chevrez
Guion: Omar Rodríguez-López
Fotografia: Gerardo Barroso Alcalá
Edición: Adam Thomson
Diseño de producción: Daniela Schneider
Diseño sonoro: T’sander Alazcó Guarionex, Christian Giraud, Carlos Cortes Navarrete
Música: John Frusciante, Omar Rodríguez-López
Reparto: Flora Sylvestre, Karent Hinestroza, Dorayma Mercado, Waldo Facco, Jehu Sylvestre, Dunia Alexandra, Marc Nally
Puerto Rico, México, Alemania, 2025, 107 min