por José Sarmiento Hinojosa
Algunos días han pasado ya desde el cierre del S8. Sin embargo, el regusto del redescubriemiento y el asombro ante el gran material audiovisual que nos trajo esta muesta, nos obliga a cerrar nuestra cobertura hablando de uno de los trabajos contemporáneos más sobresalientes que pudimos experimentar en el programa. Me refiero al trabajo con Super 8 de Rei Hayama, una íntima muestra de registro misterioso -y porqué no, místico – de relación hombre/memoria/naturaleza que se manifiesta en una serie de trabajos que reconectan la naturaleza onírica del hombre, aquella revelación que se manifiesta en recuerdos anotados como sueños y en sueños que parecen memorias y en el inexorable encuentro entre los mismos.
En el universo de Hayama, la naturaleza juega un papel fundamental en el desarrollo post narrativo del film. En Emblem visitamos la revisión de la memoria mediante un marco de fotografía vacío y la insistencia de un libro abierto como símbolo de la historia no narrada, o la visita a la lectura de un pasado habitado por la memoria borrosa, aquella que presenta un follaje y un bosque fosforescente que se imprime en cada fotograma como un flashback de niñez que no termina por concretarse (la luz inicial y final). Initial Vapor, con un inicio fascinante, promete la obertura de una fantasía “intra-acuática”, la exploración de un objeto fascinante, una especie de roca sumergida en los vapores climáticos de un sueño febril. Luego, el ojo/lente, la cámara/hombre que una vez más se encuentra con la naturaleza, con imágenes submarinas que parecen arrancadas directamente del subconciente, antes del epílogo que nos devuelve a la sombra y a la indefinición. Un trabajo sublime.
En Their Bird, un hombre/ángel/pájaro habita la naturaleza que lo devora. El hábitat se vuelve arisco pero el hombre emprende vuelo Because I’m a bird: la transformación de una criatura mítica que responde a la necesidad furtiva del hombre de convertirse en algo más, y de despegar de las barreras de la gravedad simbólica, que se manifiesta en ese vuelo final por las planicies del filme. “No puedo volver a casa de esta forma, porque soy un ave”.
Hayama recorre los rincones del subconciente y del sueño con una habilidad magistral: aquella que se manifiesta en las oscuridades, las sombras y el registro cuasi fantástico de algo que no está al alcance del hombre, pero que aparece ante él por momentos como una revelación.