Por Mónica Delgado
Como suele suceder cada año, la edición XIII del (S8) Mostra de Cinema Periférico, que se realizó del 27 de mayo al 5 de junio de 2022, en La Coruña, España, incluyó programas dedicados a la obra de cineastas que mantienen viva la experiencia creativa desde las formas y posibilidades del uso del celuloide y desde el dispositivo desde el cual se captura esta “realidad”. Este es el caso del cineasta y artista austriaco Philipp Fleischmann (1985), quien estudió en la Academia de Bellas Artes en Viena, la Real Academia Danesa de Bellas Artes y en la Escuela de Cine Independiente Friedl Kubelka en Viena. Su trabajo ha sido mostrado en Wavelengths del Festival de Toronto, en Forum Expanded de la Berlinale o en el Festival de Rotterdam, entre otros. La selección de su trabajo en el (S8) implicó la proyección de seis cortometrajes, realizados entre 2013 y 2021, que exploran una relación entre arquitectura y celuloide, y la dicotomía o tensión entre la idea del cubo blanco y la caja negra. Comentamos algunos de ellos.
Tras ver en panorama los trabajos de Philipp Fleischmann se puede identificar varios elementos que configuran su universo estructural: primero, el uso de planos de colores enteros que abren y cierran la mayoría de los cortometrajes, amarillos, celestes, verdes, naranjas y pantallas en negro como preludio y cierre de una danza de imágenes, como si todo el “adentro” se centrara en esta exploración conceptual de los espacios. Segundo, la percepción del movimiento como si se tratara de travellings, cuando apenas se trata de la consecución de un mismo plano en el montaje a modo de encadenamiento, que permite la sensación de fluidez o de expansión del terreno, multiplicándolo. En algunos casos, desde esta perspectiva, la caja negra o el cubo blanco quedan expandidos, incrementados en su volumen y extensión. Y en otros, este movimiento como si fuera un travelling, a modo de una serie de tilt up permanentes, produce la sensación de elevación, como si este entorno se definiera desde su verticalidad. Y, tercero, la auscultación detenida de la infraestructura de algunos espacios destinados al cine dentro de galerías o museos, y que en algunos casos deviene en una metáfora de la proyección, con el rollo y perforaciones simuladas
Main hall, realizado en 2013, es un cortometraje en 35mm que reestructura la sala de exposiciones principal del Vienna Secession, diseñada en 1898 por Josef Maria Olbrich en 1898. Este espacio es considerado uno de los primeros cubo blanco de la historia del arte. Entendemos como ‘cubo blanco’ como aquel concepto del ámbito de la museografía y las galerías de arte que remite al espacio diseñado para incluir a la obra de arte en un entorno neutral y aislado (solo la obra en un entorno ‘blanco’). Esta noción es desmantelada Fleischmann, al componer y descomponer este espacio desde la imposibilidad de evitar el contexto. Una serie de cámaras ubicadas en diversos lugares de esta sala, van a lograr dotar al cubo blanco de una nueva materialidad, desde los nuevos lugares desde donde puede ser observado: planos cenitales, la sensación de los tilt up al organizar en el montaje un nuevo movimiento desde los resquicios de esta infraestructura.
Con estilo y elementos similares, Fleischmann expone en Mumok kino (2017), hecho en 35mm, y en menos de dos minutos, una sala de cine diseñada por el artista Heimo Zobernig y el arquitecto Michael Wallraff, y que es concebida como caja negra que está unida a un espacio cubo blanco que funciona como sala de eventos. Durante el metraje muy breve, el cineasta explora la distancia que debe caminar el visitante entre uno y otro espacio. El tránsito entre ambos espacios canónicos de la configuración en las galerías y exposiciones es aquí mostrado desde una suerte de descomposición de la trayectoria, a través de imágenes fijas organizadas de manera consecutiva simulando un travelling.
En The invisible cinema 3, realizado en 35 mm y en 2018, el cineasta explora la estructura de un cine como una versión de la caja negra o de la imposibilidad de esa totalidad. Si vemos en progresión los intereses del cineasta, hay un tránsito estructurado entre su inquietud por abordar las formas del cubo blanco en Main hall, la trayectoria entre este espacio y la caja negra en Mumok Kino, y aquí centrado netamente en lo que significa este espacio concebido como resignificación de las viejas cámaras oscuras del siglo XVIII o la noción actual aplicada sobre todo al mundo de las videoinstalaciones. Lo que queda claro es que Fleischmann capta las inevitables luces de la sala que a veces suelen ser un aterrizaje de realidad ante la imposible idea de una caja negra absoluta.
En Austrian Pavilion (2019), también realizada en 35mm, Fleischmann propone una visita a la Biennale en Venecia desde los elementos tratados ya en sus otros cortometrajes: la revisitación de la estructura del lugar, una vuelta a la imposibilidad del cubo blanco y quizás una relación con una tónica nacional que parece no estar en ese espacio (la idea del pabellón austriaco). Mientras que en Untitled (34BSP), comisionada el año pasado por la 34° Bienal de São Paulo, el cineasta explora en 35mm locaciones del Pabellón Bienal de Ciccillo Matarazzo, diseñado por Oscar Niemeyer entre 1951 y 1954. Este espacio es mostrado por Fleischmann como un acto de conjunción entre las estructuras circulares o curvas de Niemeyer y la materialidad de una proyección de celuloide, con tomas verticales de ventanales, que van mostrando una simulación simbólica del rollo pasando por un proyector o de sus perforaciones. Sin duda, uno de sus mejores trabajos.
Este programa del (S8) ha permitido ver el trabajo de Fleischmann como un corpus orgánico, y que demuestra los intereses expresivos de un cineasta que ha logrado plasmar reflexiones en torno a una usual dicotomía del mundo del arte y de la exhibición del cine y video experimental dentro de la institucionalidad.