SAN SEBASTIÁN 2025: LE CRI DES GARDES DE CLAIRE DENIS

SAN SEBASTIÁN 2025: LE CRI DES GARDES DE CLAIRE DENIS

Por Laura Arias

Un obrero ha muerto. No. Lo mataron. Su hermano, Alboury, ha venido hasta la construcción a recoger el cuerpo y entregárselo a su madre. Del asesino solo lo separa una reja, una gran estructura metálica alambrada y custodiada por centinelas. Armados, su trabajo no sólo es resguardar la maquinaria, también deben proteger la riqueza, el poder. De un lado los blancos, allá afuera los negros. Parado junto a la reja, ahora Alboury se ha convertido en una amenaza. Está dispuesto a pasar toda la noche allí, y no se irá hasta recuperar a su hermano asesinado.

Esta reja delimita una construcción de obras públicas en África Occidental, específicamente en Senegal. Además de cumplir el papel de segregar y proteger la explotación, da el nombre en inglés a la nueva película de la gran cineasta francesa Claire Denis: The Fence. Sin embargo, el nombre original Le cri des gardes (“el grito de los guardias”) no hace alusión a la reja sino a los centinelas que están atentos a ella. Remite a los cánticos que intercambian durante la guardia para confirmar que todo está en orden. 

La película es una adaptación de la obra de teatro Black Battles with Dogs del dramaturgo francés Bernard-Marie Koltès. Escrita en 1979, presenta la crueldad del colonialismo que aún hoy persiste en África occidental. Mediante el drama que desata el querer recuperar el cuerpo asesinado, se deja en evidencia el racismo y la diferencia de clases sociales producto de las estructuras coloniales. Con la muerte de este obrero se ratifica el discurso de los personajes blancos de que las vidas negras son las “contingencias” de una gran infraestructura que traerá el progreso. Para ellos, es simplemente un precio que hay que pagar por el capitalismo.

La puesta en escena se compone a partir de esta gran reja que da nombre a la película y divide a Alboury de un lado y a los capataces del otro. El rodaje se realizó en orden cronológico, por lo que el equipo técnico debía cruzar constantemente para capturar el intercambio entre los personajes a través de la barrera. Al ser una adaptación teatral, el peso narrativo recae en los actores y la belleza de los diálogos que se mantuvieron de la versión original: “Esperar una noche es poca cosa. Las cosas pequeñas para personas pequeñas pueden significar la muerte” recita.

La oscuridad es un elemento central. La historia transcurre en una noche y termina con los primeros rayos de luz al amanecer. El personaje de Alboury se mueve entre la suavidad de las sombras donde se resiste a mostrar su rostro. Originalmente en la obra de teatro, el personaje es representado sólo como una sombra. Con pocos diálogos, su fuerza radica en la simplicidad de su presencia escénica. Inmóvil en la oscuridad es capaz de convertirse en una amenaza. Ha logrado burlar las barreras de seguridad hasta llegar a la reja que lo separa del asesino. Los guardias (y sus gritos) lo han dejado pasar. Desde la torre de centinelas, ellos también son testigos silenciosos del colonialismo.

Este entorno masculinizado y violento que retrata Denis es irrumpido por la extraña presencia de una mujer: Leone, la esposa del jefe de la obra.  Al ser el único personaje femenino, la cámara la desea. Aunque parece inevitable que después de tantos meses en celibato ocurra algo, la cámara se contiene y nunca se ve esa pasión consumida en pantalla. Hacia el final de la película, la reja es destruida por el resplandor de fuegos artificiales que Horn había preparado para su esposa. Solo este abrupto destello de luz y el encanto que ha despertado la mujer en el lugar es capaz de destruir la gran barrera de metal y develar, apenas entra la luz del día, aquello que aguardaba entre las sombras: el rostro de Alboury, lastimado y lleno de cicatrices.

Le cri des gardes alcanza el punto máximo de una atmósfera de desesperación cuando la luz del día ha inundado la pantalla. Alboury por fin recupera el cuerpo de su hermano en condiciones deplorables e indignantes. Desmembrado, cubierto de tierra, merodeando por aves carroñeras y envuelto en una miserable lona azul de plástico. Quien mostró constantemente un carácter firme e impenetrable, se quiebra en el momento en que recoge a su hermano del piso. Las lágrimas brotan de su rostro. Sin embargo, logra levantarse y desaparece de espaldas ante la cámara.

Es un final desolador. Tras los sucesos de esta larga noche oscura, los personajes están quebrados. Cargan en silencio con una herida irreparable que el espectador, también aterrado, alcanza a palpar. Así como ha hecho a lo largo de su filmografía, Claire Denis logra retratar con habilidad la crudeza de un territorio víctima del imperialismo y la explotación. Es un dolor profundo el que invade la sala. Es la carga del colonialismo que se hace más pesada a medida que Alboury se aleja con el cuerpo de su hermano asesinado entre sus brazos.

Sección: Selección Oficial
Directora: Claire Denis
Guionistas: Claire Denis, Andrew Litvack, Suzanne Lindon
Fotografía: Eric Gautier
Sonido: Jean-Paul Mugel
Reparto: Isaach de Bankolé, Matt Dillon, Mia McKenna-Bruce, Tom Blyth
Productor: Gary Farkas, Olivier Delbosc
Francia, 2025, 109 min