
Por Alonso Castro
El cine y la poesía pueden vincularse estrechamente, pero dicha asociación no ocurre gratuitamente, ni menos hay que darla por dada. El lenguaje cinematográfico tiene la potencialidad de explorar narrativa y estéticamente logrando una armonía entre lo representado y las representaciones a través de símbolos o hechos concretos.
En el caso de A return (2018) del inglés James Edmond, actual residente en Berlín, el vínculo entre cine y poesía es más que explícito. Hay una armonía en la composición entre corte y corte que se debe, en gran parte, a una fluidez narrativa. El movimiento de la película se establece solo a partir de la composición de cada encuadre, de cada situación retratada, por la cámara del realizador, adquiriendo texturas distintas a causa del fílmico de 16 mm en diversos colores y tonalidades de iluminación.
En A return se reconstruye vívidamente, a través de situaciones fragmentadas, momentos de vida cotidiana simbolizadas en imágenes que fluyen en constante transposición. La película de Edmond adquiere un aura de intimidad en diversos ambientes de su vida en Alemania e Inglaterra. Cada situación se ve representada con austeridad en la cantidad de objetos encuadrados; sin embargo, elementos visuales como los colores y la luz son los que conducen la composición de la imagen en cada escenario representado a manera de cuadros pictóricos.
Así, la película de Edmond adquiere forma de poema valiéndose de recursos cinematográficos –como la iluminación, los colores o el movimiento- para componer los cuadros situacionales, en clave baja y sutil, de las escenas de su cotidianidad en espacios urbanos y rurales de Alemania e Inglaterra. La potencialidad poética del cine se explota en A return, enfocando la mirada en aquellos momentos insignificantes y fugaces de la vida cotidiana.

La Corte de Cowan (Cowan Court) es un área de residencia para estudiantes de la Universidad de Winston Churchill, (Churchill College) fundada a inicios de la década de 1960. El edificio de la universidad se construyó bajo los preceptos del brutalismo, movimiento arquitectónico surgido después de la segunda guerra mundial.
Medio siglo después, el grupo 6a Arquitectos se encargó de remodelar la estructura de concreto del edificio, transformándolo en un espacio en el que predomina la madera. Con ese diseño, se espera generar un entorno sostenible, accesible y paisajista que integre los espacios privados y públicos del edificio con los del medio ambiente que lo rodea. Así, según el grupo de arquitectos, se busca promover la integración de lo privado y lo público dentro de la comunidad de estudiantes residentes.
La transformación del edificio de la Corte de Cowan se retrata en la película Trees down here (2018) de Ben Rivers. Se muestran los caminos por los cuales transitan las personas, el nuevo cascarón de madera, las ventanas que conectan las habitaciones con el exterior de aquellas, y los campos del exterior del edificio. También, se aprecia el nuevo jardín interior, en el cual se encuentran un cedro y un olmo, los cuales son agentes sobrevivientes al proceso de rediseño y reconstrucción de las instalaciones de esa área de la Universidad de Churchill. Asimismo, se aprecian a serpientes y búhos interactuando –o entrometiéndose- en las habitaciones de los estudiantes.
En paralelo, se muestran los planos del antiguo edificio de concreto y las imágenes del edificio destruido antes de la reconstrucción se ven en blanco y negro, simbolizando el paso del tiempo por la construcción, así como de sus alrededores. En ese recuento del pasado de la Corte, se rescatan imágenes del espacio en distintos momentos estacionales.
La propuesta de Ben Rivers es una que se enfoca en los contrastes temporales de la materialidad del edificio y la naturaleza dentro del espacio de la Corte de Cowan. En ese paralelismo temporal, los árboles anclan los tiempos representados, fungen de puente para entender concretamente el paso del tiempo. Por ello, son presentados en diversas estaciones, remarcándose ciertas características particulares tras cada cambio estacional: desde aquel escenario, en blanco y negro, en el que están sin hojas hasta ese otro en el que aparecen frondosos y verdes iluminados por los rayos del sol. En Trees down here, Ben Rivers conecta ambos entornos, el de la naturaleza con aquel humano, para reflexionar sobre el paso del tiempo y la posición que adquiere lo natural y lo humano en cada contexto histórico particular.
Wavelengths 4: We’ve Only Just Begun
A Return
Director: James Edmonds
Alemania
2018
Wavelengths 2: Another Brick in the Wall
Trees Down Here
Director: Ben Rivers
Producers: Tom Emerson, Efe Çakarel
Reino Unido
2018