Por José Sarmiento Hinojosa
¿Cómo entender las formas desde las cuales un cuerpo resiste el embate de una crisis global? Opresión, racismo, fascismo, inequidad social; ante las estrategias del capital urge una respuesta que permita articular una resistencia. Hablamos de aquellas manifestaciones que permitan graduar un discurso que parte de la réplica, un contacto con ese pathos que reside en un interior del espíritu y que se proyecta como una respuesta intermitente: las herramientas del contacto de la luz y el dato contra la pantalla, reconfiguraciones de la información y detournement, vibraciones del cuerpo y la recuperación de la identidad, celebración como rito y afirmación de vida.
La notable curaduría de Nicole Brenez para Dobra 2020 “Nobody is a Citizen” (Nadie es ciudadano), alterna estas posibilidades desde una plataforma que tiende sus vasos comunicantes a través de las distintas aliteraciones del significado de “resistencia”. ¿Qué tenemos en nosotros, cuando nos encontramos el uno con el otro, en contra de nuestra voluntad, sumergidos en este desastre? ¿Qué recursos utilizaremos, en el fondo de nuestra angustia?. Protesta, celebración, rito, contemplación: los 7 filmes que conforman este programa se inscriben bajo un mismo friso de posibilidades, maneras de representar el mundo que le responden al mismo. La misma estructura del programa responde a una construcción predeterminada de visualizar la crisis, partiendo desde la protesta y reconfiguración (Empire, Grève sauvage (la genèse), The Devil), a la celebración y posibilidad (Lighting Dance, Où en êtes-vous, Teresa Villaverde?) , a la contemplación y poética (O que há em ti (brazil is thee haiti is (t)here), Avant l’effondrement du Mont Blanc).
Empire (2005) de Edouard Salier es un notable ejercicio de detournement desde las posibilidades plásticas de la imagen en movimiento. La maquinaria bélica y la representación del ideal de familia de occidente coexisten en un mismo espacio que es a la vez catástrofe e idilio, partiendo del uso del found footage como herramienta de anclaje. ¿Cómo representar lo siniestro desde lo cotidiano, desde la fabulación de una estructura de vida ideal, el paraíso terrenal de jardines perfectos y comidas en familia?. Salier acopla la imagen inmanente a la imagen proyectada, creando una representación de lo bélico como fundamento de la existencia en los Estados Unidos. En contraste, no ajena a la utilización y re-presentación del metraje encontrado, se encuentra el esbozo de Jean-Gabriel Périot en The Devil (2012), que parte de las protestas por los derechos Afroamericanos en los 50’s y 60’s. La supresión y negación de la identidad del otro es un problema que sigue demandando una revolución, y la protesta de la raza negra frente a la supremacía cultural caucásica en Norteamérica resuena más vigente que nunca. Las formas de recuperación identitaria, de recobrar nuestra propia mirada, nuestra propia belleza, son intrínsecas al hombre, y Périot se propone identificar y rescatar estas formas desde y a pesar de las estrategias de supresión del enemigo. The Devil es una película hermosa porque subvierte la mirada del “demonio” y la representa como un clamor de dignidad.
Reconfigurar la imagen desde distintas estrategias es una presencia que se encuentra también en Perconte y su último filme Avant l’effondrement du Mont Blanc (2020), estrenada en Desistfilm y sobre el que recupero algunas palabras pasadas: “la última obra maestra de Jacques Perconte se inscribe en una idea de contingencia y homeostasis, de manipulación de la imagen digital y comunión con la materialidad. Su camino hacia lo sublime es omnipresente: procesamiento de datos, topografía y fugacidad. , están todos enredados en este cosmos de fenómenos naturales y entorno digital. Los datos que aparecen en la película y el mero entorno de lo digital a través de la manipulación y compresión de los datos procesados inherentes a este tipo de información, podrían interpretarse como ondulantes en este estado pendular: naturaleza fugaz, fijación de la memoria, tecnología como daño irreparable. Pero Perconte nos ofrece una reconciliación, donde la materialidad es inherente a todas las cosas, y en esta comunión, somos parte de un hábitat común donde el arte también se inscribe. Una metafísica de la topografía, por así decirlo.” (Texto completo -en inglés- aquí).
Grève sauvage (la genèse) (2009) de Chaab Mahmoud nace a partir de la lectura post-situacionista de De la grève sauvage à l’autogestion généralisée –De la huelga salvaje a la autogestión generalizada– de Raoul Vaneigem. Mahmoud. le permite al autor colocarse cerca del ojo de la tormenta del aparato productivo para repensar nuestra relación con el trabajo desde una atmósfera invernal e industrial. La planta, la factoría como mimesis de la prisión, de un aparato deshumanizador y colonizador del pensamiento. La cámara de Mahmoud deambula perdida en un círculo del infierno sin nombre, el del propio hombre que ha compartimentalizado su humanidad en una seguidilla de consumo/producción sobre la cual gravita mientras la vida ocurre.
Y lo que ocurre, quizá como posibilidad a este problema postulado por Mahmoud, es quizá una de las mejores obras del programa y también, desde su incepción, la más sencilla de todas: Lighting dance (2018), de Cecilia Bengolea parecería la menos radical en su propuesta, pero es precisamente la captura de un momento de afirmación de identidad (similar a los pasajes de Périot) mediante la danza y el rito la que le confiere un estado de gracia. Los equipos jamaiquinos de danza Craig Black Eagle y Oshane Overload-Skankaz realizan rutinas de danza bajo una espesa lluvia, a escasos pasos de una carretera, en pleno tránsito de gente y vehículos. La importancia simbólica y material del cuerpo como recipiente de un pulso vital, los gestos performáticos de la danza, y la atmósfera turbulenta de una tormenta de rayos y truenos elevan a Lighting dance desde una simple observación del performance al testimonio del movimiento del cuerpo como iluminación, del cuerpo como un faro que nos otorga cierta visibilidad en medio de la tormenta, la posibilidad de situarse en un espacio desde la manifestación del eros. Los cuerpos desenvueltos, bellos, concomitantes con la lluvia, representan el hallazgo de una verdad que trasciende a la cámara, una celebración, rito y cántico que se encuentra también en la feliz elegía de Où en êtes-vous, Teresa Villaverde?, que sitúa a la cineasta en el barrio de Mangueira mientras espera, también bajo la inclemencia del clima, los resultados de la votación que los nombrará campeones de los carnavales en 2019. El baile, el rito, también es parte de la liberación, de los fantasmas de la opresión, de la injusticia y la muerte.
O que há em ti (Brazil is thee Haiti is (t)here) (2020) es el último poema visual de Carlos Adriano. Una obra monumental (de Haití a Brasil) que merece un texto propio.
NOBODY IS A CITIZEN
Curaduría: Nicole Brenez
Empire
Director: Edouard Salier. Francia, 2005, 4′
Grève sauvage (la genèse)
Director: Chaab Mahmoud. Francia, 2009, 12’21
The Devil
Director: Jean-Gabriel Périot. Francia, 2012, 7′
Lighting Dance
Directora: Cecilia Bengolea. Argentina, 2018, 6’
Où en êtes-vous, Teresa Villaverde?
Directora: Teresa Villaverde. Francia-Portugal, 2019, 17’
O que há em ti (Brazil is thee Haiti is (t)here)
Director: Carlos Adriano. Brazil, 2020, 13’30
Avant l’effondrement du Mont Blanc
Director:Jacques Perconte. Francia, 2020, 16′