DOC BUENOS AIRES 2022: LA NOCHE OSCURA-LAS HOJAS SILVESTRES (LOS ARDIENTES, LOS OBSTINADOS) DE SYLVAIN GEORGE

DOC BUENOS AIRES 2022: LA NOCHE OSCURA-LAS HOJAS SILVESTRES (LOS ARDIENTES, LOS OBSTINADOS) DE SYLVAIN GEORGE

Por Pablo Gamba

La película de apertura del Doc Buenos Aires, La noche oscura-Las hojas silvestres (Los ardientes, los obstinados) (Nuit obscure – Feuillets sauvages (Les brûlants, les obstinés), de casi cuatro horas y media de duración, se estrenó en la selección oficial, fuera de competencia, en el Festival de Locarno. El cineasta francés Sylvain George vuelve en ella al tema de los inmigrantes de Figuras de guerra (2010), con la que ganó en el BAFICI, y Les éclats (2012). En este caso se trata de los africanos que consiguen entrar en el enclave español de Melilla tratando de pasar a Europa. La estructura de sucesión de fragmentos que no relatan una historia se plantea como correlativa de la situación de estas personas. Ellas viven allí como en un limbo, al margen de la sociedad colonial. En también un tiempo suspendido por lo que respecta a su proyecto de vida, que es continuar la ruta que emprendieron al entrar a Melilla. Como dice uno de ellos: “No sé si es el mar está adelante o Marruecos está detrás”.

Prescindir de un narrador o textos explicativos exige una intensa participación del espectador para entender a estos personajes, casi todos ellos jóvenes y en constante movimiento. Esto ocurre en particular en la primera parte de la película. La construcción del espacio y el tiempo es clave allí. Por lo que respecta a lo primero, el hecho de que los planos de las murallas de piedra de las fortalezas precedan a los personajes es un indicio de que las vallas han cortado su mundo desde tiempos lejanos, y con ellas surge la necesidad de superarlas para que la vida pueda continuar. Trepar rejas, escalar paredes, cruzar alambradas, colarse por brechas para pasar de un lugar a otro, aun dentro de Melilla, se presenta, así, como una reacción vital natural.

El espacio se presenta así también como fragmentos que solo tienen coherencia en función del proyecto vital de seguir adelante superando barreras hasta el puerto, y de allí a los ferris o los contenedores para pasar al lugar soñado donde podría comenzar una vida que se pueda llamar tal. Pero en uno de esos fragmentos de su movimiento por las calles sorprende otra fisura en el espacio. Los personajes se fugan como por una brecha abierta en un lugar inesperado y se cuelan hacia lo que un plano general después aclarará que es el espacio bajo un puente. Allí los migrantes se reúnen en torno a las actividades básicas para que la vida pueda mantenerse aunque su curso esté interrumpido: la preparación en común de la comida, dormir unos junto a otros.

Por lo que respecta al tiempo, hay dos aspectos claves. Uno es la fotografía en blanco y negro que, por referencia al uso generalizado del color, es indicio de un presente enrarecido, sin futuro ni pasado: el tiempo de las vidas suspendidas. Se le añade un discreto uso de la cámara lenta y otro burlón, de la aceleración, que tocará comentar más adelante. También hay que reparar en que los jóvenes son hombres. Su vida solo podría continuar, en el sentido biológico de la reproducción, en Europa. Lo poco que llega a saberse del pasado indica que se ha roto para ellos este vínculo con la familia.

Un problema de La noche oscura-Las hojas silvestres es el desarrollo de esta forma fragmentaria, porque ocurre mediante una expansión que deriva hacia la simple acumulación en la segunda parte. La lucidez logra mantenerse en esto por lo que respecta a la extensión del limbo espacial hasta la orilla del mar. Son márgenes en los que la ciudad-enclave se disuelve en un paisaje de piedra y cuevas que evoca la prehistoria –o, quizás sería más preciso decir, la no historia–. El colonialismo, sin embargo, sigue estando presente allí, en las fortalezas que coronan los acantilados. Pero el desarrollo se desvía también hacia un simbolismo fácil de los desechos. La lógica de la expansión devenida acumulación conduce incluso a la incorporación de fragmentos que se acercan ya a la pornomiseria: los que muestran a los personajes drogándose con pegamento. La película también deriva hacia una trillada retórica del contraste visual del mundo roto de los migrantes con fragmentos de la vida de los colonos ricos, de los burgueses y aristócratas españoles, y con la representación amargamente cómica de un desfile militar. Es allí que se juega con la aceleración mencionada arriba.

Otros planos recuerdan la importancia que sigue teniendo la figura del dictador Francisco Franco en Melilla. Es el gran héroe de la colonia. El otro problema es que un documental como este no puede desarrollar un relato histórico de los migrantes. Las realidades de las que escapan quedan entonces en un punto ciego, implícitamente representadas como la nada misma más allá de los espacios rotos marginales y el presente estancado de los que se infiltran en Melilla. Quedan fuera de campo las derrotas históricas que llevaron de las luchas por la independencia y el cambio social en las excolonias a la huida que es la migración. Se escamotea incluso cómo los migrantes transforman hoy estas derrotas en otras luchas. El título no puede ser más explícito por lo que respecta al intento desesperado de la vida por abrirse paso por entre la artificiosidad de las fronteras coloniales, como una fuerza a la vez ardiente y análoga a la del mar que choca contra la costa rocosa, como la de las plantas que extienden sus ramas o espigas hacia el cielo. Pero esto, sintomáticamente, es hacer de la Europa de los sueños de los migrantes algo así como el sol, que es centro del universo y fuente de la vida o, quizás sería mejor decir, como la Luna que ilumina la oscuridad de ese otro no mundo. A esta representación, tan bellamente sensible como eurocéntrica, le falta una revolución anticopernicana.

Película de inauguración
Nuit obscure – Feuillets sauvages (Les brûlants, les obstinés)
La noche oscura-las hojas silvestres (Los ardientes, los obstinados)
Dirección, guion, fotografía, sonido y montaje: Sylvain George
Producción: Marie-Noelle George
Francia-Suiza, 2022, 265 min.