Por Mónica Delgado
En noviembre de 2023 falleció el artista multimedia croata Ivan Faktor. Unos meses antes había realizado uno de sus últimos trabajos, Pain, y al parecer el proceso implicó compartirlo, a tal punto que tuvo su estreno mundial en la reciente edición del Festival de Rotterdam. Este estreno póstumo no queda como homenaje, ni como elegía. Al contrario, Pain pertenece al grupo de obras perturbadoras, extrañas, atosigantes, que buscan interpelar como un puñetazo al espectador. Es una obra violenta pero no en un sentido negativo sino vital, que puede ser entendida como un grito de auxilio, o como el último recurso de un artista que no quiere renunciar al acto creativo pese a la enfermedad.
Puede que Faktor sea poco conocido en el resto de Europa y en América Latina, pero se trata de uno de los artistas más relevantes de la historia cultural de los últimos treinta años en Croacia y Europa del Este. Nació en Eslavonia, en 1953, y durante su vida de artista realizó obras desde el cine experimental, el videoarte, la fotografía, y las instalaciones. Ha participado con sus trabajos en la Bienal de Venecia (A Casa/At Home 2) y en la Bienal de Sao Paulo. Fue fundador de la Galería Kazamat en Osijek, lugar del cual hizo un documental valorado en su país, y lideró la gestión delFestival de Arte Performance. Su filmografía cuenta con más de una docena de cortometrajes y largos documentales, como Paper Banquet (1975), Channel One (1978), Little Sugar Vaults (1978), Juke-box (1979), Camera/Projector (1983), Fritz Lang und ich (1994), Le Samoura? (2011), entre otros. Su trabajo comprometido, creativo y combativo demuestra que estamos ante un cineasta y artista que trabajó en torno a la reflexión de la imagen y sus dispositivos y su trabajo póstumo no escapa a ese propósito y motivación.
Pain, estrenada dentro del programa de cortos Place of rest del festival, es un acto de fe, un manifiesto sobre la necesidad del registro, de la observación, de la práctica audiovisual llevada al extremo. Pero también es de esos films que propone un dilema ético, en la medida que como espectadores nos preguntamos si era pertinente mostrar el autodeterioro de una persona en el límite de la obscenidad. Como sucede con otros trabajos recientes de Faktor, como I would leave everything here (2016), el cineasta registra con un teléfono móvil algunos aspectos de su día a día. Aunque aquí Faktor, con la cámara en mano que hace temblar cada toma, se registra intentando grabar en medio de la oscuridad, mientras está en su habitación (de un aparente departamento donde vive solo) o tratando de observar la vida pasar desde su ventana. Así, nos surge la pregunta: ¿qué es lo que graba el dolor? como idea que gobierna la intención del cortometraje.
Faktor no solo realiza un film sobre sí mismo atravesando una grave enfermedad que se percibe dolorosa y trágica, sino que trata de vencer un dilema, donde la enfermedad se vuelve una valla que romper ante la urgencia de seguir captando imágenes. Por ello, es una obra también sobre la desesperación por preservar la imagen, a tal punto que el diseño sonoro solo logra incrementar la ansiedad y frustración del director protagonista (y de los espectadores) que busca lograr su objetivo. Sonidos de gemidos, quejidos y exhalaciones intermitentes y vertiginosos que triplican el efecto de la enfermedad del personaje que se graba.
Queda claro que Faktor quería mostrar su estado sin ambajes, sin pudor, no como una lección moral sino como la oportunidad de graficar los efectos de la enfermedad desde lo sublime y lo grotesco, desde un enfoque performativo y que logra la abstracción. Pain entra en catarsis en una escena casi al final, donde el cineasta acude a su estudio y proyecta su cuerpo sobre una pantalla como extensión de su propio yo y su deseo de perennizarse ante la muerte inevitable. Otro modo de sanación y despedida.
Sección Short & Mid-length: Place of rest
Pain
Director: Ivan Faktor
Fotografía: Ivan Faktor
Productora: Jelena Duh
Editor: Damir Cucic
Diseño sonoro: Damir Cucic, Kresimir Susljek
Croacia, 2024, 22 min