Por Mónica Delgado
La ganadora del Tiger Award del reciente festival de Rotterdam, y como suele pasar en años recientes, Rei, es una ópera prima. Y también es una película que dirige, produce, escribe y edita el joven cineasta Tanaka Toshihiko, también actor de teatro. Por un lado, se trata de un melodrama y una historia de amor que pretende ser intensa, y por otro, es un film con ecos a obras recientes de Ryusuke Hamaguchi, sobre todo por una urdimbre de pasiones y representaciones del entorno artístico o teatral, como por el retrato de algunos personajes en un Japón actual.
Al inicio del film se indica qué significa Rei. Alude a uno de los kanji (sinogramas que funciona como lexema) que fue elegido para que identifique el año 2019, y que significa mandato, aunque por ser un lexema tiene una naturaleza polisémica. Durante tres horas, el cineasta irá poblando de sentidos a las posibilidades de este signo lingüistico que se vuelve metáfora, sobre todo a partir de las decisiones de su protagonista, Hikari, una mujer que trabaja como empleada en una oficina, y que encuentra en el teatro y otras artes una vía de socialización y de ruptura con rutinas.
La trama de Rei es simple. Entre sus visitas al teatro, Hikari encuentra un folleto de una obra con una foto de un paisaje invernal. La admiración a la foto la lleva a contactar al fotógrafo, quien tiene una discapacidad auditiva, y con quien posteriormente comienza un vínculo, de tipo laboral y luego afectivo. Pero a Tanaka Toshihiko no le interesa solo elaborar una historia de encuentro y desencuentro, sino que va estableciendo otras líneas narrativas, como la del personaje de la amiga de Hikari, quien tiene una hija pequeña con habilidades diferentes, y un esposo algo distante y adicto al trabajo. Así, la historia de Hikari (la actriz Takara Suzuki) con el fotógrafo Masato (que es encarnado además por el mismo cineasta) se va viendo en espejo con las situaciones de la amiga y su familia, no tanto en función de los dilemas amorosos o familiares, sino con relación a la posición de las personas con algún tipo de discapacidad en sociedades tan exigentes como la japonesa. Si bien el film se plantea como historia de amor, al final el cineasta se deja llevar por esta necesidad de darle un toque crítico social a las vivencias de sus personajes, extrapolando el tema de la discapacidad como factor determinante en el bienestar y trato de las personas que conviven con ella.
Es quizás este elemento inclusivo que llamó la atención del jurado. Si bien Rei es una película que tiene el mérito de que su joven director haya producido, escrito, actuado y editado, el modo en que se plantea el relato no se diferencia mucho de los usuales dramas japoneses en el cine reciente; y digamos que hasta cierto punto las dos primeras horas pasan como si asistiéramos a esta serie de situaciones basadas en diálogos que dan respuesta a las acciones de los personajes. Sin embargo, la potencia de la apuesta del director llega desde algunas imágenes, como aquellas registradas en una invernal Hokkaido, o desde el clímax del film, totalmente melodramático, y por ello inesperado ante la contención de las escenas previas, desde un cuidado trabajo sonoro que hace crecer y desplazar el dilema de Hikari hacia el de Masato de un modo muy sentido.
Tiger Competition
Rei
Dirección: Tanaka Toshihiko
Guion: Tanaka Toshihiko
Fotografía: Ikeda Akio
Editor:Tanaka ToshihikoS
Diseño sonoro: Tanaka Hideki
Música: Kehei sis Noda
Reparto: Takara Suzuki, Tanaka Toshihiko, Maeko Oyama, Shogo Moriyama, Ikeda Akio, Katsumata Keita, Tano Mayu
Japón, 2024, 189 min