Por Mónica Delgado
Las secciones dedicadas al cortometraje durante el festival de Rotterdam fueron una oportunidad para acceder a un puntual panorama de películas latinoamericanas, que al menos nos permite adivinar las tendencias de la programación, y también acercarnos a primeros trabajos de nuevos directores. A continuación, abordaremos cuatro cortometrajes, provenientes de Chile, Ecuador, Cuba y Brasil, tanto de aquellos que participaron en la competencia internacional por el Tiger Award, como los que formaron parte de la sección Short & Mid-length.
En una escena de Geheimnisvolle Tiefe (Mysterious shadows, 1949) de G.W. Pabst, citada en el largometraje documental Pandora’s Legacy, también visto en la edición del festival, los personajes descubren en una cueva un ave contenida en un ámbar, al parecer por cientos de años. La figura de un ser atrapado sin querer para la posteridad no asoma de manera gratuita en el film del director austríaco, y más bien constituye un ente simbólico sobre lo que atravesará la relación de la pareja protagónica. La imagen de un ser vivo contenido de manera vertiginosa en otra materia se vuelve un código del instante. En lessons on flight (Chile, 2024) de la cineasta y curadora chileno-canadiense Cecilia Araneda, asistimos a un suceso que adquiere una dimensión similar.
Araneda utiliza en lessons on flight película de 16mm, intervenida, coloreada a mano y ‘envejecida’ para agregarle sobreimpresiones de las siluetas de un colibrí en pleno vuelo. No solo le interesa a la cineasta recrear el vuelo de un ave sobre el film, como si se tratara de un nuevo cielo o ambiente, sino de visibilizar esta nueva materialidad del celuloide, que como indica la sinopsis, ha sido procesada de manera ecológica, con aditivos orgánicos (hojas de olivo y aceite de aceitunas), provenientes de una zona rural de Chile. Esta información que por sí es extracinematográfica, permite identificar los tratamientos particulares de la emulsión y el revelado, sin embargo no son necesarias para dejarse llevar por las texturas de este nuevo mundo floral que Araneda crea para este colibrí hecho de film y campo. Un ave que ha sido capturada en el celuloide, y cuyo vuelo adquiere la poética de la supervivencia pese al paso del tiempo.
Los dos lados de la tortuga (Ecuador, 2024), cortometraje del cineasta Oscar Illingworth toma su título de uno de los pasajes (o bosquejos) que elaboró Herman Melville en 1854, en su libro Las encantadas, tras su paso por las Islas Galápagos. En estas páginas, Melville describe su asombro ante las inmensas tortugas, y es el único tópico que lo obnubila: “…todos saben que tanto las tortugas de tierra como las de mar tienen una forma tal que, si uno las coloca sobre sus lomos, se deja expuesto su lado claro sin que los animales puedan por sí solos darse vuelta y mostrar el otro lado. Pero, después de haber hecho esto, y porque se lo ha hecho, uno no puede jurar que la tortuga no tiene un costado oscuro”. Esta cuestión física de la tortuga es una figura que el cineasta toma para contrastar con los sucesos y habitantes de la isla en la actualidad. Por un lado, desde la fascinación de Melville, un extranjero, por un animal exotizado y bestializado; y por otro, desde la cuasi desaparición de las tortugas en el siglo XXI, al ser depredadas y traficadas por los mismos habitantes del lugar. Por ello, hay mucho de ensayo antropológico en este reciente trabajo de Illingworth, más aún cuando las escenas de los habitantes de la isla han logrado suplir las fascinación por el pesimismo. La huella de Melville queda en la fantasía literaria, mientras las problemáticas de tráfico y un mercado salvaje se vuelven eventos para discursos aleccionadores. Sin embargo, este modo de graficar los dos lados de la tortuga se vuelve una promesa de índole más compleja, entre metafísica y sociológica, y que el cineasta seguirá desarrollando en próximos films. Este cortometraje se proyecto dentro de los programas para la competencia por el Tiger Award.
Azul Pandora (Cuba, 2024) de Alan González es un film en blanco y negro que describe las decisiones amorosas de Pandora, una mujer transexual afrodescendiente. El tratamiento es muy sencillo, casi una anécdota, donde no hay ornamentos, ni palabras demás. Al cineasta le interesa mostrar, a modo de cuento breve, y con final abierto, algunos puntos de la cotidianidad de Pandora, desde gestos, modos de caminar y miradas. Ella acaba de terminar con un hombre casado, y se niega a iniciar una nueva relación con un adolescente skater. La trama parece de telenovela, incluso podría percibirse como trillada, sin embargo, se trata de un retrato elaborado para mostrar un acto de resiliencia. Ella cuida a un bebé de su vecina, realiza algunas labores diarias, pero sobre todo deja entrever su pasado y sus posiciones en torno a la decepción y la soledad desde esas mismas acciones.
Al cineasta le interesa mostrar a Pandora como una persona que sabe decir que no, pese a su posición de desventaja dentro de estructuras patriarcales. Por eso el “no” de Pandora se percibe como un acto de dignidad, lejos de cualquier moralismo, como una forma de resistencia.
Otro cortometraje de interés que se pudo ver dentro de la sección Short & Mid-length fue The Silence of Iron (Brasil, 2024) de la cineasta y productora mineira Mariana de Melo. Como señala el título del cortometraje, se trata de un documental sobre la escasa discusión de las consecuencias de una economía local basada en la minería desde hace un siglo. A través de imágenes de archivo y desde relatos familiares, la cineasta construye una crítica sobre el poder de este tipo de industria para modificar un universo de subjetividades. La cineasta nos habla de cómo la minería en Minas Gerais se volvió un motor de apogeo económico, pero que significó también explotación, alineación y modificaciones de tradiciones y culturas. De Melo establece correspondencias entre identidad e historia marcados por este modo de producción, que generó progreso pero a la vez significó muerte y contaminación. Resulta interesante que la cineasta aluda a los trenes como reflejo de este sistema de explotación y extractivismo, lejos de la sublimación usual que aparece recurrente en el imaginario del mundo del cine, aunque de todas formas lo percibamos dentro de la propuesta del cortometraje como un ‘tren de sombras’.