MAR DEL PLATA 2020: HOMELANDS DE JELENA MAKSIMOVIC

MAR DEL PLATA 2020: HOMELANDS DE JELENA MAKSIMOVIC

Por Mónica Delgado

Jelena Maksimovic en Homelands (Domovine) nos traslada a una posición de empoderamiento feminista, desde una óptica política. Pero como sabemos, lo político no es solo la presencia del conflicto como condición de posibilidad, sino un proceso de construcción en tensión en todo sentido. El film, que se abre como si fuera un documental mezcla entre observacional, testimonial, con material de archivo, va virando hacia el manifiesto, hacia la afirmación definitiva. Desde la premisa fundamental, “lo personal es político”, la cineasta serbia va extrapolando momentos de la historia movilizadora del comunismo en el siglo XX para confrontarlo con las ausencias y olvidos que siguieron ubicando, pese a la utopía, a las mujeres a un lugar periférico, secundario, sin agencia.

La cineasta tiene claro los ejes que sitúa en su film. Primero, desde el territorio, en el norte de Grecia, cerca a Macedonia, en una zona invernal, que permite la difuminación espacial o romper de alguna manera con la idea de un país históricamente primordial (como raíz civilizatoria). Segundo, desde la mirada del visitante, o de la extranjera, en un lugar que conocemos a partir de un accidente: años atrás dos jóvenes perdieron la vida en la montaña helada. Tercero, desde la historia, con reminiscencias claras a una guerra civil entre 1946 y 1949, que fue hito para el inicio de la guerra fría o para la insurrección desde el Comunismo. Estos tres elementos, desde lo geopolítico e histórico, se van fusionando poco a poco hacia una voz íntima, para tensar una vez más la dialéctica entre memoria e historia.

En Domovine, Lenka (Jelena Angelovski), la protagonista, llega a este pueblo montañoso, polo turístico, para practicar esquí. Establece una amistad con los dueños del hotel, a quienes va entrevistando, para que cuenten relatos sobre los días de la guerra civil. Estas escenas se ven interceptadas por material de archivo de la resistencia antifascista y comunista saliendo de las montañas, luego de semanas de ocultamiento ante las fuerzas monárquicas. La intención de la cineasta aún no queda clara, sin embargo, se intuye su posición, que podría ser como cualquier documental que busca el pasado en imágenes del presente. Sin embargo, esta búsqueda tenía una finalidad: la de la enmienda familiar, el homenaje a las madres de su familia, la posibilidad de encontrar un lugar para la vitalidad femenina (y feminista), y que también hizo realidad la ruptura contra la opresión, así como la visibilidad de la fuerza de las mujeres.

Hacia el final, cuando ya las pistas están entregadas, Jelena Maksimovic revela su motivación (de un modo conmovedor): mostrar al personaje materializando su proceso reflexivo, en un territorio que ya dejó el invierno, y que asoma cálido frente a un lago. Allí la confesión en voz alta, a modo de monólogo, explora las pérdidas de los sujetos femeninos en sistemas totalitarios, en la lucha de clases, en la caída de las utopías, o de las grandes narrativas históricas, donde quizás la única solución sea el gobierno de las mujeres: la refundación. Un llamado a la justicia poética. El modo en que Maksimovic plantea la furia del monólogo requiere una estética particular: un plano secuencia circular, con ruptura de cuarta pared y con la abstracción del espacio tras la revelación. Una manera de deconstruir el territorio (también cinematográfico) y de transformarlo, desde la lógica y oportunidad de las mujeres.

Competencia Estados alterados
Homelands (Domovine)
Directora: Jelena Maksimovic
Guion: Jelena Maksimovic, Olga Dimitrijevic, Vlado Škafar
Fotografía: Dušan Grubin
Edición: Jelena Maksimovic
Sonido: Jakov Munižaba
Productora: Jelena Angelovski
Compañía productora: ENFM, Taurunum Film, Meander Film
Serbia, 2020, 66 min