PINGYAO 2019: SINGLE CYCLE, PARADISE NEXT Y LHAMO AND SKALBE

PINGYAO 2019: SINGLE CYCLE, PARADISE NEXT Y LHAMO AND SKALBE

Por Mónica Delgado

Sin querer queriendo, este film que tuvo su estreno en el Festival de Cine de San Sebastián, como parte de su competencia internacional, y que pasó aquí en Pingyao como estreno asiático y en la sección Best of Fest, resultó un redondo drama sobre tradiciones tibetanas y la creencia en el karma.

Dirigida por el cineasta tibetano Sonthar Gyal, Lhamo and Skalbe, recoge bastantes elementos del imaginerio religioso y cultural del Tibet, pero en relación a la cotidineidad de los personajes. Cuando Skalbe se quiere casar con Lhamo, descubre que hace muchos años se casó con una vecina. El proceso burocrático de disolución del divorcio se complica, ya que la esposa que busca es una monja en un monasterio tibetano.

Con esta premisa es que Sonthar Gyal, desde los elementos del drama clásico, va desarrollando a la par las interioridades de los dos personajes protagónicos, en su frustración y anhelo de casarse. Pero más allá de este deseo formal, lo que el cineasta propone es la observación de las relaciones entre padres e hijos, en contextos donde el matrimonio aún sigue siendo un estamento social importante. Y también desde las creencias, y que el cineasta evoca a partir de la recreación de una obra de teatro donde participa Lhamo, El rey Gesar. Es desde esta relación de Lhamo y el personaje que encarna en la obra, lo que también da sentido a algunas acciones y desenlaces en su vida, y que dotan al final de cuenta al film de un halo poético que funciona.

En la sección Norturne del festival de Pingyao, se pudo ver Paradise Next, segundo largometraje del cineasta japonés Yoshihiro Hanno, usual compositor de bandas sonoras dentro de las producciones asiáticaa (ha trabajado BSO para films de Hou Hsiao-Hsien y Jia Zhan-Ke). Este trabajo comienza como si fuera una extensión de un film de yacuzas, sin embargo, deviene en una road movie, de tres personajes que apenas se comunican (por tener diferentes idiomas) y que se van conociendo pese a los climas iniciales en lo que se conocieron.

Este viaje de Japón a Taiwan, donde el cineasta nos deja explorar diversas locaciones y espacios en climas tropicales, sirve de vía de escape para el pasado criminal de los personajes y que de alguna forma se van compenetrando y haciéndose aliados, en esta huida. Todos ocultan un pasado, y la incomunicación o el “lost in traslation”, va ayudando de alguna manera a otro tipo de vínculos, y que el cineasta muestra como tirante en caminatas o en escenas en bares o restaurantes. Sin embargo, el estilo va ganando por momentos y se siente vacío, aunque la BSO que aplica Hanno, vale mucho la pena (incluye boleros, al mismo estilo de Wong Kar- wai, letra conocida).

Este estilo dilatado y por momentos frío o distanciado, aparece también en la china Single Cycle, del chino Zhang Qi, que estuvo en la sección Crouching tigers, que pese a una trama sencilla (de los avatares de una adolescente ante la mudanza del novio de su madre a casa) se va complejizando gratuitamente, como intenta dotar al film de un peso místico o espiritual. Las presencias fantasmales

Hay buenos momentos en Single Cycle, que tienen que ver más con una puesta en escena de ensoñación, cuando Zhang Qi inserta en su narrativa instantes de duermevela, como cuando la protagonista (Liu Liu) regresa al puerto donde vive el padre ausente al que añora, pero estos momentos que son contados, no logran equilibrar las demás atmósferas de extrañeza. Porque ante todo, Single Cycle es un film sobre el interior de la sensibilidad adolescente, y sin llegar a ser una coming-of-age, permite un retrato con idas y fugas en el guion, de sutiles escapes mentales o sensitivos, que parecen terminar en ideas sueltas, pero que no llega, paradójicamente, a completar el ciclo.