Por Aldo Padilla
Hay una belleza poética en la función matemática Delta de Dirac, una evento aislado y único que dura una diferencial de segundo. Esta abstracción de lo efímero puede trasladarse a la imagen de una carretera vacía en medio del desierto, donde los autos pasan como pequeñas gotas en medio de la inmensidad argelina. El punto de referencia de esta función impulso es una anciana en un pequeño local de té y desayunos, cuya presencia efímera en el inmenso desierto se percibe en función del espacio, a diferencia de los autos cuya ocurrencia se encuentra en función del tiempo. El pequeño local aislado e inmóvil permite un breve espacio de descanso a los conductores antes retomar un viaje lineal y monótono.
La intersección de estos puntos en distintos planos da lugar a 143 Sahara Street del argelino Hassen Ferhani, que registra estos encuentros entre la agradable anciana que va atendiendo a camioneros, viajeros en tránsito hacia Europa. Viejos conocidos que vuelven a la calidez de la anciana, quien más allá de invitar té, huevos y descanso, se transforma en una confidente de los hombres nómadas, que se mueven en ese punto perdido del norte africano.
Los maullidos de la gata que la acompaña y una radio con una difusa señal, se convierten en la banda sonora de un film que muestra a la anciana alegre, aburrida, durmiente apoyada en su sempiterna mesa o bailando con algún grupo musical que arma una pequeña fiesta improvisada en el local, y que permite disfrutar de una música que parece contraponerse al vacío del Sahara.
Ferhani aprovecha la flexibilidad del tiempo en ese extraño punto para dar a entender los largos periodos en los cuales la anciana Malika se encuentra sola, dormitando o acariciando a su gata Mimi. El punto donde todo el film se concentra parece adquirir su propia gravedad y, por lo tanto, un transcurrir de tiempo único, donde los clientes parecen salir totalmente descansados luego de un instante de paz y desahogo, y donde Malika ha sabido transformar su particular refugio en un punto espacio-tiempo que parece resumir una Algeria llena de diversidad.
Pensemos en un evento x, el cual puede posicionarse en el origen de coordenadas en el eje del tiempo, todo lo que se encuentra antes corresponde a algo que podemos llamar tiempo negativo. Dicho evento x representa un cambio inevitable. Lo anterior a ese evento se va convirtiendo en algo difuso a medida que nos movemos en el eje tiempo. En Circumplector, nuestro evento x es el incendio de la catedral de Notre Dame, aunque el film nunca nos posiciona en ese punto exacto, la gravedad del evento (tanto de atracción “gravitacional”, como del hecho grave ocurrido), genera que todo gire en torno a este sin siquiera nombrarlo.
El primer plano es un registro casual de Solnicki, que coincide con el traslado de una estatua descabezada de bronce “defensora” de Notre Dame, unos días antes de x. Una imagen tan fascinante, que adquiere un significado mucho mayor luego de que el tiempo empiece a correr. La catedral despojada de sus defensores y cuyo traslado es posiblemente una de las causantes del fuego. El azar permite a Solnicki estar en el momento y en el lugar exacto, que convierten a Cincumplector en algo más fascinante aún, ya que la historia del desastre puede sugerirse a través de un plano sin una relación aparente.
La melodía clásica que le da el título al cortometraje se encuentra en un punto futuro indefinido alrededor del evento, el tranquilo canto en latín en conjunción con la guitarra clásica, puede entenderse como un consuelo frente a la perdida, además que reafirma la fuerte relación de Solnicki con la música clásica en su filmografía. El plano de la naturaleza muerta plantea lo que queda luego del desastre, la igualdad frente a la casi-muerte de una parte del patrimonio de la humanidad y el arte como una forma de resignación.
Un film puede redefinirse a través de una aproximación matemática, funciones que a través de un plano inmenso pueden tener un punto en común o un evento que se transforma en un mini bing bang, y cuya densidad y gravedad infinita hace que todo empiece a girar a su alrededor.
143 Sahara Street
Director, Fotografía y Guion: Hassen Ferhani
Reparto: Malika, Chawki Amari, Samir Elhakim
Edición: Hassen Ferhani, Nina Khada, Stéphanie Sicard, Nadia Ben Rachid
Productores: Narimane Mari, Olivier Boischot
Sonido: Mohamed Ilyas Guetal, Antoine Morin
Algeria, 2019, 103 minutos
Circumplector
Director: Gastón Solnicki
Argentina, 2019, 3 minutos