Por Alberto Acuña Navarijo
En la aún incipiente filmografía de la directora mexicana Lila Avilés, generalmente los personajes permanecen atrapados en rutinas laborales dentro de sitios impersonales, los cuales nulifican los deseos y las pasiones de la gente. Así, en La camarista (2018), una trabajadora de limpieza en un lujoso hotel, se da el tiempo, en medio de hacer camas y tratar brevemente con huéspedes privilegiados, para llamar por teléfono a su madre y su pequeño hijo y fantasear acerca de un prometido ascenso que nunca va a llegar, mientras que en Eye Two Times Mouth (2023), la empleada de seguridad en una galería de arte contemporáneo, ensaya sus aptitudes como cantante de ópera cuando nadie la está observando. Inclusive, en Déjà vu (2016), uno de sus primeros ejercicios, una oficinista representada por una niña, repite mecánicamente sus días, haciéndole honor al título del cortometraje. Sin embargo, en Tótem, su segundo largometraje, el escenario en el que se mueven los personajes es uno cálido e íntimo, un hogar clasemediero en el que, en su calidad de espacio nuclear, se celebrará un cumpleaños que al mismo tiempo será una elegía: el cáncer que aqueja a Tona, uno de los integrantes de la familia, ha invadido todo su cuerpo. Ese día particular, entre decenas de invitados, será rito de paso para Sol, su hija de ocho años.
A propósito del estreno de Tótem en Netflix (tras su paso por salas y su exitosa gira en festivales el año pasado, que incluyó el Premio del Jurado Ecuménico en Berlín y el Premio a Mejor Director en Beijing y Morelia), compartimos la entrevista con la cineasta, quien explicó cómo, al momento de filmar una historia de cotidianidades y dinámicas familiares, se entregó al juego, la espontaneidad y el azoro, encontrando en el camino una voz propia como autora.
Desistfilm: Leyendo las notas que escribiste para el press kit de la película, en estas haces hincapié en el hogar, como lugar físico y como imaginario. ¿Qué te atrajo del concepto?
Lila Avilés: Resulta común entre los directores que estrenan su primer largometraje la existencia de una incertidumbre relacionada con la segunda película: ¿cuál va a ser?, ¿de qué va a tratar?, hasta que la respuesta parece algo inalcanzable. Ese no fue mi caso: desde que estaba haciendo La camarista, mi ópera prima, sabía que mi siguiente película iba a ser Tótem, porque me interesaba hacer algo muy cercano a mis vínculos, en gran medida porque me convertí en mamá siendo muy joven. Ocurre que los directores nos creemos mucho eso de ser artistas y queremos salir a la calle, inmiscuirnos en la vida de alguien más y contar su historia, pero luego uno dice “Bueno, y en mi casa ¿qué onda?”. Entonces, me atraía la idea del hogar, de cómo habitamos los espacios y de cómo nos habitamos a nosotros mismos.
Desistfilm: A propósito de habitar espacios, en la película hay una secuencia con la que, creo, sintetizas esta idea, que es aquella en donde una santera está haciéndole a la casa una limpia de espíritus y malas vibras y en algún momento le pregunta a una de las hermanas qué había ocurrido en cierto rincón de la sala por la energía que ahí se siente y ella responde que era el lugar donde pasaba todas las tardes su mamá fallecida. Hablas de cómo dejamos huellas en los lugares y cómo estos nos transforman.
Lila Avilés: Creo que todos, inclusive las personas solitarias o las personas que viven en la calle, tenemos la necesidad de crear nuestra propia esquinita, construir un nicho; encontrar el verdadero hogar es un proceso de sustracción y concentración en lo esencial. También pienso que debemos hallar esos lugares dentro de nosotros mismos, aun con todas nuestras imperfecciones.
Desistfilm: Entendemos que el escenario es la casa nuclear, aquella donde converge lo bueno y lo malo de la familia. ¿Cómo fue el trabajo con tu fotógrafo, Diego Tenorio, para conseguir retratarla y encontrar sus características y cualidades?
Lila Avilés: Diego Tenorio, aparte de ser un gran fotógrafo, se ha vuelto un gran amigo. Él venía de trabajar en La Paloma y el Lobo (Carlos Lenin, 2019), cuyas imágenes son muy potentes y aquí, siendo una película con una búsqueda visual distinta, nos divertimos mucho mientras íbamos hallando esos claroscuros y esas distintas tonalidades de la casa. Como antes de filmar estuve leyendo mucho sobre pintura, originalmente pensé en una cámara que no se moviera demasiado, dotando a la película de una cualidad pictórica. Sin embargo, fue muy lindo empezar a hacer ejercicios respecto a la estética y darnos cuenta de que la misma película nos iba guiando el camino y que eso no era lo que esta necesitaba.
Algo que me parece interesante es que al hacer La camarista y Tótem, las cuales son películas muy diferentes entre sí, encontré posibilidades y formas distintas de acercarme a cómo contar una historia narrativa y visualmente, por lo que agradezco haber podido tumbar esa idea de que como la primera película que se hizo fue de cierto modo y resultó exitosa, entonces uno como director tiene que seguir haciendo lo mismo toda la vida; creo que como cineasta hay que buscar la mayor congruencia posible para hacer su obra y la esencia de cada historia.
Desistfilm: Al comienzo de la película, Sol, la niña protagonista, llega demasiado temprano a la casa en la cual, todavía se está en los preparativos para el festejo del cumpleaños de su papá y rápidamente hay una familiaridad con la situación y con esa sensación de letargo; todos en nuestra infancia estuvimos en aquella reunión incómoda, rodeados de adultos en la cual no queríamos estar. ¿Cómo capturar esa pesadez en el transcurrir del tiempo?
Lila Avilés: Con Tótem también quería hablar de cómo todo mundo tenemos un día en particular que nos marca; y jugar con la concepción del tiempo que cada quien tiene, por ejemplo, cuando hacemos un viaje en compañía de otras personas, uno puede pensar “¡Qué rápido ha pasado la semana!”, pero alguien más puede pensar “¡Llevamos aquí una eternidad!”, y en realidad apenas han pasado tres días, todo es según el momento. La misma situación que aquí se está viviendo, me brindaba la oportunidad de que el espectador pudiera percibir el tono y ese paso lento del tiempo.
Desistfilm: En medio del luto anticipado, se escuchan expresiones como“Yo sí te echaba mucha carrilla por tu nombre, pero te quiero mucho, perdón” o “Hicimos muchos viajes juntos, muchas gracias por tu amistad”. Existe una necesidad de cerrar ciclos por parte de las personas alrededor de Tona, aunque no todos saben muy bien cómo hacerlo.
Lila Avilés: Cierto. Obviamente, hay una parte que es muy dolorosa en el duelo, todos hemos estado ahí, pero existe otra parte que se vuelve una oportunidad para aprender algo, comunicar algo y recordar que no vamos solos en este mundo, que en la diversidad que existe dentro de nuestros círculos familiares y fraternales, cada quien tiene una forma de accionar o de pensar por medio de sus pasiones y sus delirios que es muy particular la cual nos acompaña. Bien se dice que recordar es agradecer; sin embargo, uno no puede vivir en la melancolía y en el pasado eternamente; algo que me gusta de la película es que esta habla del presente.
Desistfilm: También leía en las notas que escribiste en el press kit que hablas acerca del lenguaje que manejamos con la familia y de cómo se puede perder algo de este cuando muere alguien. Ahí está, por ejemplo, la secuencia en el comedor en la cual los hermanos discuten acerca del estado de salud de Tona así como de la situación económica al interior de la casa, usando un juego de palabras para que Sol y su prima, quienes también se encuentran presentes, no se enteren del contenido de la conversación. ¿Puedes contar un poco más al respecto?
Lila Avilés: Efectivamente, también dentro de la película hay algo que habla de la comunicación y el poder de las palabras. La mayoría de las familias tienen formas de comunicarse que son casi como un nuevo idioma; uno no le habla a su padre igual que a su madre. El arte y la lengua son códigos que generan vínculos y posibilidades de habitar entre los seres humanos. No es que Tótem se concentre totalmente en esto, pero siento que en los núcleos más cercanos a nosotros, más de un problema se puede resolver si se exterioriza, lo malo es que los filtros para conseguirlo se entorpecen y por eso viene el conflicto cuando uno ya es adulto y lleva años de terapia (risas).
Desistfilm: Un aspecto de la película que ha sido ponderado por diversos críticos es la cercanía respecto justamente a aquellas dinámicas y convenciones familiares. ¿Cómo se consigue esa verosimilitud?
Lila Avilés: No soy una persona tan racional, no es que diga “Quiero esta fórmula para lograr la verosimilitud”, viene de algo muy personal e intuitivo. De hecho, hubo días en la filmación en los que les decía al elenco y al equipo “Bueno, hoy juguemos un poco, porque no tengo tan clara la película” y creo que es válido ese ejercicio de vulnerarte. En el cine hay que buscar una parte humana, pienso que en nuestros desastres y en nuestras virtudes hay una gracia.
Precisamente la sagrada palabra del juego permeó el espíritu de la filmación; por ejemplo, con las niñas, mi crew y yo cantábamos y bailábamos cada vez que salía bien una toma como una forma de darle ligereza a la idea de tener la película encima, la cual podía llegar a ser pesada, estresante y terrible. Hay un libro muy bonito que se llama La desaparición de los rituales, de Byung-Chul Han, el cual habla justo de regresar al juego; nos criticamos por las máquinas y la inteligencia artificial, pero vamos directamente hacia esa mecanización, entonces hay que ver cómo desde el teatro, la danza o el cine, esos pequeños rituales nos dan una idea de espacio y tiempo.
Desistfilm: En varias escenas de Tótem, Sol espía y atestigua el caos de los mencionados preparativos, la tosquedad con la que su abuelo psicólogo da terapia en el consultorio que tiene en la propia casa, pero también la delicadeza con la cual la enfermera de su padre lo trata. ¿Por qué era importante para ti la perspectiva infantil en esta trama?
Lila Avilés: Dicen que infancia es destino, hay algo intuitivo y bello en esa primera etapa y creo que es muy importante volver la mirada ahí, ya que esa etapa desemboca en los vínculos que se establecen de maneras muy feroces e incluso en momentos de la vida que te marcan y que hacen que uno cambie de piel. Entonces, a mí me interesaba mucho tener como eje central de esta película a esa niña, quien, como la vida no le está diciendo “Esto es así”, ella tiene que encontrar ese discernimiento, esa curiosidad y esa capacidad de escuchar.
Desistfilm: ¿Cómo fuiste conformando tu elenco?
Lila Avilés: Hice el casting junto con Gabriela Cartol, quien fue la protagonista de La camarista y que es muy buena amiga mía. Yo sabía que el peso de Tótem iba a recaer en el elenco, entonces ahí estaba donde tenía que poner mayor atención. Además, yo trabajo mucho con no actores, por lo que hay algunos actores profesionales y un poco más de la mitad son no actores. Para llegar a Naíma Sentíes, quien interpreta a Sol, no hubo una historia de aquellas que de repente escuchamos de los directores en las entrevistas, como “Vi a mil quinientas niñas por todo el país”, sino más bien fue por los misterios del cine, los cuales a veces te llevan por lugares maravillosos.
Yo quería empezar como un kamikaze el proceso de casting y el primer día me di cuenta de que no iba a ser así, que iba a requerir tiempo. Cuando conocí a Naíma, quien en ese entonces tenía ocho años, descubrí un corazón bastante recíproco y receptivo y supe que había encontrado a mi protagonista. Empecé a trabajar con ella, considerando que nunca había actuado en su vida, pero llegó la pandemia y después de una pausa forzada filmamos en medio de la crisis. Por la misma pandemia ella no iba a la escuela y su abuelo le daba clases en su casa, entonces se encontraba en un momento de transición importante y rara por lo que siempre digo que nos comunicamos con telepatía, porque yo la necesitaba para mi película y ella de alguna forma necesitaba una pausa diferente en su vida.
En el elenco también se encuentran Montserrat Marañon y Marisol Gasé, las cuales provienen del mundo del teatro y el cabaret; Teresa Sánchez, con quien ya había trabajado en La camarista y con quien mantengo una gran amistad; y Mateo García, quien interpreta a Tona; él es escritor sin ninguna relación con la actuación y lo conocí por amigos en común, de hecho fue el último en integrarse a la película. Cuando tuve a todos, llegó el corazón, el espíritu y la belleza al proyecto y eso también lo quise capturar en la filmación, por lo que agradecí que las productoras, Tatiana Graullera y Louise Riousse, me permitieran que el trabajo fuera lo más progresivo y ascendente posible.
Desistfilm: Paralelo al estreno de Tótem, presentaste Eye Two Times Mouth, producto de la invitación que te extendió la marca italiana de ropa Miu Miu para su serie de cortometrajes Women’s tales. Platícame acerca de esta experiencia.
Lila Avilés: La invitación me la hicieron en diciembre de 2022 y filmé el cortometraje antes de irme a la Berlinale para la premier de Tótem. Me sentí honrada de ser considerada porque en la serie han participado directoras que admiro como Agnès Varda, Lynne Ramsay, Carla Simon y Lucrecia Martell. Tuve la fortuna de que me hayan dado carta abierta en todo y, aunque obviamente se debían incluir los nuevos modelos de la marca, estos siempre fueron parte de la narrativa.
Como durante mucho tiempo mi corazón estuvo en el teatro y la ópera, involucrándome en la dirección y producción de varias obras, quise ubicar la historia en esos ambientes. La historia es protagonizada por una empleada de seguridad en una galería de arte cuyo talento como cantante de ópera es desconocido para la mayoría de quienes la rodean. Creo que cada persona es un misterio y existe un universo dentro que no se observa a simple vista y eso era algo que me interesaba filmar y ahora mi intención es hacer en algún momento la versión en largometraje. Ya veremos.
Tótem
Dirección: Lila Avilés
Guion: Lila Avilés
Producción: Lila Avilés, Tatiana Graullera, Louise Riousse
Fotografía: Diego Tenorio
Edición: Omar Guzmán
Música: Thomas Becka
Reparto: Naíma Sentíes, Montserrat Marañón, Marisol Gasé, Mateo García, Teresa Sánchez, Juan Francisco Maldonado y Alberto Amador
Compañías productoras: Limerencia Films, Laterna y Paloma Productions
País: México, Francia, Dinamarca, Países Bajos, 2023, 95 min.